Las ayudas públicas a las familias vulnerables: escasas en cantidad y precarias en cuantía

Solo 350 mil familias vulnerables perciben la renta mínima vital, la ayuda para personas vulnerables que puso en marcha el Gobierno

EFE/David Fernández

Redactora de sociedad y cultura

Madrid

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 23:56

Solo 350 mil familias vulnerables perciben la renta mínima vital, la ayuda para personas vulnerables que puso en marcha el Gobierno. Son la mitad de las que lo solicitaron y un tercio aproximadamente de las prometidas. Requisitos estrictos y presupuestos bajos hacen que no lleguen a todos los que la necesitan. Las que sí las perciben, apenas sobreviven.

Sheila, madrileña, 29 años, dos hijos de 7 y 3, sus ingresos son 65 euros semanales. Trabaja solo los sábados en la hostelería. Intentó conseguir la renta de Integración, la autonómica, en Toledo. Se la denegaron porque no llevaba el suficiente tiempo empadronada. Vivía de alquiler. Tuvo que dejar el piso y trasladarse con sus hijos a casa de unos familiares. Solicitó el ingreso mínimo vital, y tampoco se lo concedieron porque vivía en un domicilio donde ya estaba empadronado otra familia. Estuvo solicitando ayudas “durante dos años, de hecho estuve toda la pandemia sin ningún tipo de ayuda, la única, el alimento de Cáritas, y por una u otra razón siempre me lo deniegan, así que no percibo nada”.

Las mujeres con hijos son las más vulnerables en una situación especialmente dura. Las ayudas públicas a la inserción, no alcanzan para vivir. Soledad vive en una habitación con tres hijos discapacitados. Su durísima vida la ha llevado a compartir piso para poder sacar a sus hijos adelante. Uno ya está emancipado, los otros tres, con serios problemas, viven con ella en una habitación por la que paga 350 euros. Soledad cobra una ayuda autonómica de 400 euros, su hija, otros 400 debido a su discapacidad del 70%. Todos tienen estudios y oficio, pero la enfermedad les limita. “Si te dan la ayuda familiar-asegura-no te permite alquilar un piso, comer, comprar el abono transporte, pagar las tarjetas de prepago de los móviles, es imposible”. Como cobra la renta de integración de su comunidad, y como su hija tiene una pensión, no puede acceder a la renta mínima vita. En fin, la pescadilla que se muerde la cola.

Solo la mitad de los solicitantes de esta ayuda la han conseguido: 350 mil familias. El gobierno ha vuelto a prometer que llegará a las ochocientas mil en el año 22. Los requisitos son muy estrictos y algo engorrosos y cumplirlos, no te garantiza por el momento el acceso.

Según la Fundación Madrina, 1 de cada 10 familias están en situación de pobreza extrema, son unos 11 millones de personas, según Cáritas. Familias que requieren de apoyo público para no acabar fuera del sistema. El estado ha articulado otras, como el bono eléctrico que arrima dinero a la factura de los más desfavorecidos. El caso es que un endurecimiento en los requisitos ha provocado un descenso en el numero de familias que lo reciben: 100 mil menos que en el año 2.019. En total, están acogidos algo más de un millón doscientas mil hogares, de ellos, aproximadamente la mitad son vulnerables severos (612.000). que son los que tendrán IVA reducido al 10% hasta el 31 de marzo de 2.022. Los beneficiarios del bono social eléctrico también lo son del reciben otra ayuda, el bono social térmico al que se suman 90 euros en un solo pago este año.

El caso es que las organizaciones que apoyan a los más vulnerables consideran muy escasas las ayudas públicas y sobre todo, llegan a muy pocas familias de las que de verdad lo necesitan. Malos tiempos para ser pobre.