Detectan que el cerebro se "limpia" mientras dormimos: Podría ayudar a comprender la pérdida de memoria

Un equipo de investigadores ha comprobado que mientras dormimos, el flujo sanguíneo es sustituído por líquido cefalorraquídeo. Este se encarga de eliminar las proteínas tóxicas

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Saber cómo funciona nuestro cerebro en diversas situaciones son preguntas que los investigadores llevan muchos años tratando de averiguar. Algunas ya se han descubierto, pero otras siguen en proceso de estudio. Este es el caso de cuál es el comportamiento del cerebro mientras dormimos. Un equipo de investigadores de la Universidad de Boston (Estados Unidos) ha llevado a cabo un análisis que han publicado en la revista científica 'Science'. En él explican que, mientras dormimos por la noche, las neuronas se "silencian" y unos segundos más tarde, la sangre fluirá y será reemplazada por el líquido cefalorraquídeo (LCR).

El líquido emitirá unas ondas rítmicas y pulsantes hasta "limpiar" tu cerebro. Lo que destaca de este estudio es que ha sido el primero en demostrar cómo el líquido cefalorraquídeo pulsa durante el sueño, así como la relacion que esto tiene tanto con actividad de las ondas cerebrales, como con el flujo sanguíneo. "Las ondas lentas en la actividad neuronal contribuyen a la consolidación de la memoria, mientras que el líquido cefalorraquídeo elimina los productos de desecho metabólicos del cerebro. No se sabe si estos dos procesos están relacionados", comentan los investigadores.

Un patrón coherente

Durante la investigación utilizaron neuromágenes aceleradas del cerebro humano, con la intención de medir la dinámica fisiológica y neuronal. "Descubrimos un patrón coherente de dinámica oscilante electrofisiológica, hemodinámica y del LCR que aparece durante el sueño sin movimientos oculares rápidos", explican en su análisis. Por lo tanto, demostraron que el cerebro dormido emite ondas de flujo de LCR, que se relacionan con los ritmos neuronales y hemodinámicos (del flujo sanguíneo). Tras este descubrimiento, sus autores apuntan a que esto puede ayudar en el futuro a comprender una gran cantidad de trastornos psicológicos y neurológicos relacionados con problemas de sueño, tales como el autismo o el Alzhéimer.

Además, de esta investigación se podría obtener información acerca de las alteraciones normales que ocurren con la edad. En otros estudios anteriores ya se había planteado que el flujo de LCR y la actividad de onda lenta promueven la eliminación del proteínas tóxicas que se encuentran en el cerebro y que deterioran la memoria. Cuando las personas envejecen generan menos ondas lentas. Este hecho podría hacer que el flujo sanguíneo se viese afectado, desencadenando que el pulso de LCR sea menor y se acumulen más proteínas tóxicas. Con lo cual, la memoria se vería alterada.

¿Cómo es posible una coordinación tan perfecta?

Hasta el momento, los expertos estudiaban estos dos fenómenos (ondas lentas y LCR) por separado. No obstante, esta última investigación hace suponer que se deben de tratar de manera conjunta porque todo parece indicar que ambos están estrechamente ligados. Los autores explican que "la actividad neuronal oscilatoria lenta conduce a oscilaciones en el volumen sanguíneo, lo que hace que el líquido cefalorraquídeo entre y salga del cerebro". Por ahora se desconocía que existiese la pulsación del LCR durante el sueño, pero ya es posible mirar tan solo una región del cerebro y saber cuál es el estado general del mismo.

Los científicos quieren continuar estudiando este descubrimiento, por lo que ahora se plantean cómo es posible que haya una coordinación tan perfecta entre las ondas, el flujo sanguíneo y el LCR. Los autores dicen: "vemos que el cambio neuronal siempre parece ocurrir primero, y que luego es seguido por un intercambio entre el flujo de sangre y el LCR". Una de las teorías que parece tener explicación a este fenómeno es que, mientras las neuronas están "dormidas" no necesitan tanto oxígeno, por eso la sangre se retira, lo que causa que la presión del cerebro caiga notablemente. Para evitarlo, el LCR fluye y mantiene los niveles de presión. Aunque, los autores recalcan que esto solo son suposiciones que solo podrán ser comprobadas tras investigaciones más profundas.