La reapertura del parque de la chimenea divide a los vecinos

Este céntrico parque reabre tras meses de obras con dos zonas infantiles, una de ellas no accesible

Ramón García Pelegrín

Tiempo de lectura: 1' Actualizado 20:45

Érase una vez un pequeño oasis en medio del tráfago de la gran ciudad. Justo donde estaba la fábrica de gas, del que queda su preciosa chimenea como huella del pasado industrial, emergió un parque que se fue degradando. Unas cuarenta personas sin hogar hicieron del parque su hogar improvisado y la suciedad se fue acumulando. Las ratas no tardaron en aparecer.

Tras las denuncias de vecinos y medios de comunicación, el Ayuntamiento valló y echó el cierre a este parque próximo al Rastro y a Puerta de Toledo.

Seiscientos mil euros después, se reabre este parque renovado con dos pequeñas zonas de juegos infantiles y un área para perros bastante más grande, algo muy llamativo que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, justifica como una decisión adoptada por la dirección de la obra. Los dueños de los perros están encantados.


Los vecinos de Arganzuela se quejan de que solo una de esas dos zonas infantiles sea accesible para niños con discapacidad. La otra tiene arena no inclusiva.

“No ha habido participación ciudadana de ningún tipo”, apunta Eduardo, un vecino que vive cerca del parque. “Hemos sabido del proyecto cuando ya estaba adjudicado y aprobado. Hay un área infantil que no es accesible y se lo dijimos al Ayuntamiento pero no les ha dado la gana modificarlo. Hay aspectos positivos. Es evidente. Se ha invertido mucho dinero pero echamos en falta la participación de los vecinos”, remarca Eduardo.