Cuando la democracia no se cuida

Escucha la línea editorial de COPE de este miércoles, 8 de octubre de 2025

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Francia y la crisis de su sistema político ocupan el centro de la vida política europea. Y no es para menos. Lo que sucede en Francia es un signo elocuente de que la democracia no funciona de manera automática. Si las democracias no se cuidan, mueren. Y esto es lo que está pasando con el modelo político de la V República. Durante 60 años, desde De Gaulle a Macron, los franceses han conocido a 8 presidentes de la República y a 29 primeros ministros. En los últimos ocho años, bajo la presidencia de Macron, ha habido 7 primeros ministros. El último, Sébastien Lecornu, ha presentado su dimisión pocas horas después de haber presentado su gabinete.

A Emmanuel Macron ya no le quedan más conejos que sacar de su chistera. La disgregación de los republicanos y la práctica desaparición del socialismo no permiten que las fuerzas políticas de la V República le salven los muebles a Macron. El conglomerado que creó al servicio de su propia causa ya no da más de sí. La llegada de Renovación Nacional parece inevitable, y su probable ascenso al poder no se debe tanto a sus propios méritos como a la incapacidad de las fuerzas reformistas para actuar con la pasión y la convicción necesarias. Lo propio de la moderación y la reforma no es ni la componenda ni la indecisión. Estas son sus tentaciones. Y en ellas han caído, en Francia y fuera de Francia, generando confusión y desconcierto en la ciudadanía y en sus votantes. 

Cuando los reformistas se vuelven mediocres y olvidan que sus raíces descansan en la tradición humanista, que defiende tanto la libertad como la justicia social, los extremos arrasan. Y eso es lo que parece esperar a Francia y, quizás, a buena parte de Europa.