No es suficiente pedir disculpas
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A la vista de la gravedad del informe de la UCO, no es suficiente que Pedro Sánchez asuma su responsabilidad pidiendo disculpas y obligando a Santos Cerdán a dejar el cargo de secretario de Organización del PSOE y a entregar su acta de diputado. El escándalo de esta trama de corrupción no puede encapsularse, como estrategia de defensa, en los límites del partido socialista. Afecta de lleno al Gobierno. Fue Pedro Sánchez quien nombró a José Luis Ábalos ministro con la mayor cartera de inversiones del Ejecutivo. La trama, calificada penalmente como organización criminal, actuaba originariamente en Navarra y se trasladó al centro de operaciones del Estado con las comisiones por contratación de obra pública.
Pedro Sánchez llegó al Gobierno hace siete años con una moción de censura en la que responsabilizaba al entonces presidente, Mariano Rajoy, de la corrupción de su partido, que había tenido lugar cuando Rajoy no era presidente. Ahora, quien debe asumir la corrupción en su partido, y que esa corrupción ha llegado al Consejo de ministros, es Pedro Sánchez.
Debe llegar hasta las últimas consecuencias y dimitir, incluso en el hipotético caso de que no supiera lo que estaba pasando con quienes formaban su entorno más íntimo. La exigencia de vigilar es esencial para un presidente del Gobierno, y aquí no se ha ejercido. Esto es motivo suficiente para quedar deslegitimado. Por eso debe presentar cuanto antes su renuncia y convocar elecciones generales. Instalarse en el victimismo y atrincherarse en La Moncloa va a desgastar aún más nuestro sistema democrático pero no le salvará de la rendición de cuentas final.