La renovación de la propuesta educativa de la Iglesia
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Madrid - Publicado el
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El Jubileo del Mundo Educativo ha reunido a alumnado y profesores de todo el mundo con el colofón de la proclamación de J.H. Newman como doctor de la Iglesia y copatrono de la educación, con Tomás de Aquino.
La decisión resalta la necesidad de poner en el centro el diálogo entre fe y razón, como hizo el célebre converso del anglicanismo hace 200 años. Esta semana, el Papa ha sorprendido además con la publicación de una carta apostólica que actualiza las enseñanzas del Vaticano II sobre la educación por medio de una propuesta de “humanismo integral que habite las preguntas de nuestro tiempo sin perder la fuente”. El legado educativo de la Iglesia necesita dar respuesta a urgencias como el cultivo de la vida interior de los jóvenes, el “uso sabio de las tecnologías” o la necesidad de promover “lenguajes no violentos” para construir “puentes” en las sociedades.
“No basta con conservar” esa herencia profética, dice el Papa; “es necesario relanzar” las propuestas de Calasanz, Lasalle, Champagnat o Don Bosco como alternativa a otros modelos sin alma ni más finalidad que la eficiencia. León XIV anima, en esa línea, a cultivar una enseñanza que “involucre la mente, el corazón y las manos”. Y asumiendo el Pacto Educativo Global de Francisco pide que escuelas y universidades católicas tomen postura a favor de los pobres, dándoles acceso prioritario. Son las líneas generales de una renovación que necesita concretarse en cada lugar. España, con nutrida presencia en el jubileo, ha sido un referente de cómo la educación católica sigue proponiendo hoy proyectos educativos significativos.