Un relato cada vez más inverosímil

"El presidente Sánchez considera que la crisis reputacional detonada por los casos de acoso sexual en el seno de su partido puede resolverse del mismo modo que escándalos anteriores"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El presidente Sánchez considera que la crisis reputacional detonada por los casos de acoso sexual en el seno de su partido puede resolverse del mismo modo que escándalos anteriores. Sin embargo, el relato y la nula asunción de responsabilidades políticas empiezan a revelarse insuficientes ante una circunstancia que pone en riesgo el patrimonio político del Partido Socialista. La sesión de control de este miércoles en el Congreso no fue sino otra prueba de que el presidente confía en enterrar con palabras unos hechos que ya resultan imposibles de ocultar. Ábalos, Koldo y Salazar son personas que Sánchez eligió. La sucesión de denuncias internas por acoso sexual alcanza ahora también al presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé. Esta acumulación de hechos no ha servido para que el presidente asuma su responsabilidad política.

Ante las preguntas de Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control, Pedro Sánchez optó por no responder y trató de disolver los acosos sexuales del PSOE en un contexto puramente estructural, reduciéndolos a mero acoso laboral. Sin embargo, son los hombres del presidente quienes habrían perpetrado esas conductas indeseables durante años y es su partido el que no ha demostrado diligencia ni antes ni después de las denuncias.

Los supuestos casos de acoso son, sin duda, inaceptables. Pero lo que puede terminar por destruir la credibilidad de este Gobierno —y del propio Sánchez— es la ausencia total de rendición de cuentas ante una circunstancia que habría requerido una responsabilidad política infinitamente mayor.

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