El plan de Europa para revivir la Organización Mundial del Comercio

"La Comisión Europea trabaja “sin descanso” para lograr un acuerdo arancelario con EE. UU. en los próximos días"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La Comisión Europea trabaja “sin descanso” para lograr un acuerdo arancelario con EE. UU. en los próximos días. El comercio con la primera potencia es clave para Europa, que para evitar males mayores está dispuesta a hacer concesiones. Esta es la finalidad de la estrategia de “puerta en la cara” a la que tan aficionado es Donald Trump: arrancar con demandas desproporcionadas y después rebajarlas, logrando que la otra parte acepte condiciones que jamás hubiera admitido al comienzo de la negociación. La Casa Blanca espera revertir así el déficit exterior y lograr que los socios comerciales financien su rebaja fiscal. La realidad es más compleja, como advierte cada vez más de forma más abierta el poder económico en EE. UU. La economía norteamericana será la primera damnificada, pero también el resto del mundo se ve arrastrado por decisiones con una alta dosis de arbitrariedad, como muestran los aranceles exorbitantes a Brasil por espurias motivaciones ideológicas. Existe además el riesgo de que respuestas igualmente políticas, como la del presidente Lula, terminen dinamitando el espacio para el acuerdo. Esa es una tentación de la que debe huir Europa, sin dejar de trabajar para establecer un marco estable de libre comercio con Asia-Pacífico y con los países o bloques que deseen sumarse. EE. UU., no solo con Trump, ha dejado inoperante a la Organización Mundial del Comercio. Sin renunciar a unas relaciones trasatlánticas en todo caso deterioradas y disminuidas, para los intereses de Europa es esencial llenar ese vacío.

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