​El método y los valores del 78

En el marco de la Fundación Pablo VI, promotora del acto, ayer se celebró en Madrid uno de los más entrañables homenajes al proyecto colectivo de la Constitución de 1978: la entrega de los premios Populorum Progressio a los padres aún vivos de la ponencia constitucional, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miguel Roca Junyent. 

Los breves, pero sustanciales discursos de los premiados han sido dos lecciones magistrales sobre el espíritu de esa singular empresa histórica de concordia que ha traído el progreso a España. 

La insistencia de Herrero en el diálogo que articuló la Constitución, “que no fue una mera cháchara sino el verdadero espíritu del pueblo”, según dijo, nos recuerda que no hay concordia verdadera sino se fundamenta en el mutuo aprecio y en una civilizadora y civilizada amistad.

Miguel Roca subrayó que solo desde el respeto a la libertad de todos podemos reclamar la nuestra. La democracia es voluntad de acordar desde y con la diversidad; el progreso se escribe desde la estabilidad institucional y la voluntad de escuchar.  

Los grandes valores de la Constitución, según Roca, reclaman una voluntad firme y sostenida de construir proyectos colectivos compartidos, inclusivos y solidarios. Para Roca Junyent el consenso que hizo posible la Constitución no debe ser solo la expresión de un momento de nuestra historia sino la base irrenunciable de su propia vigencia, validez y exigencia. 

Esta entrega de premios expresa la voluntad, también de la Iglesia, a través de la Fundación Pablo VI, de seguir defendiendo el método y los valores que hicieron posible ese gran proyecto de convivencia que fue la Constitución de 1978.