Caso Epstein: Trump es víctima de su propio populismo
"Donald Trump ya tiene un nuevo villano favorito: su antiguo aliado y magnate de la prensa, Robert Murdoch"
Madrid - Publicado el
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Donald Trump ya tiene un nuevo villano favorito: su antiguo aliado y magnate de la prensa, Robert Murdoch. El motivo son las revelaciones del Wall Street Journal sobre las estrechas relaciones que mantuvo con Jeffrey Epstein, el otrora poderoso productor de Hollywood que se suicidó en prisión en 2019 mientras esperaba juicio por tráfico sexual de menores. La maquinaria de la Administración se ha puesto a trabajar al servicio de los intereses particulares de Trump, y el Congreso, controlado por los republicanos, ha adelantado el descanso veraniego para evitar debates incómodos. Esta vez, los intentos del presidente de desviar la atención no están funcionando. Es lógico. Después de alimentar la teoría conspirativa de que Epstein fue asesinado y de que el ‘Estado profundo’ dispone de una lista secreta de personalidades que participaron en sus orgías, Trump no puede, sin más, decirles a las bases MAGA que todo es fruto de una conspiración izquierdista. Las mismas bases a las que convenció de que hay nada menos que una trama pedófilo-caníbal al mando de los resortes del poder en Washington. El caso retrata a la perfección las contradicciones del populismo, y los a menudo precarios equilibrios entre el culto al líder y la deshumanización del adversario. No es infrecuente que la ola de odio populista se descontrole, y el guillotinador acabe guillotinado, o deportado en Siberia. Esto es lo que trata de evitar el entorno del presidente al precio que sea, incluida una suicida huida adelante que someterá a duras pruebas a la que, todavía, se precia de ser la democracia más antigua del mundo.