El bloque “progresista” se resquebraja
Ahora han descubierto Junts es racista y no merece su voto y, de paso, desgastan un poco más a su antiguo socio de Gobierno
Madrid - Publicado el
1 min lectura
Pedro Sánchez ha presumido de liderar no solo el Gobierno más progresista de la historia de España, sino el bloque de investidura más sólido que se recuerde. Ambas aseveraciones van a quedar reducidas a polvo. Podemos ha dicho “no” al traspaso de competencias de migraciones a la Generalitat. Ahora han descubierto Junts es racista y no merece su voto y, de paso, desgastan un poco más a su antiguo socio de Gobierno. El discurso de Junts, que se radicaliza a medida que la alcaldesa de Ripoll les amenaza con un sorpasso, no le importa lo más mínimo al presidente Sánchez. Él sigue a lo suyo, fuera de España, trabajándose una reputación de adalid de los derechos humanos mientras su Gobierno se desmorona y su prestigio personal está por los suelos.
No solo pierde votaciones, sino que cada día que pasa se estrecha un poco más el cerco judicial a su entorno político y familiar. Es una paradoja que quien se presenta como líder de las causas más nobles de la humanidad pueda sucumbir a la tentación del nepotismo. Son las investigaciones judiciales las que desvelan la influencia que el presidente del Gobierno ha tenido en la vida profesional de su hermano y de su esposa en Madrid. Podrán intentar desprestigiar a la Justicia para ganar tiempo mientras siguen buscando al interlocutor que arranque a Puigdemont los votos necesarios para seguir medrando, pero esto se va acabando. La cuestión es que el final político de Pedro Sánchez va a ser agónico. Y es importante que en su agonía no arrastre la convivencia ciudadana y la estabilidad institucional.