J.L. Restán | Línea Editorial

La lucha contra la corrupción no es linchamiento público

La imprescindible lucha contra la corrupción no puede convertirse en linchamiento público de personas e instituciones. Es algo que se puso ayer de manifiesto con la reprobación en del ministro de Justicia en el Congreso y con la filtración de un informe de la UCO que acusa sin fundamento jurídico a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. El propio juez instructor salió al paso, aclarando que no había motivos para investigar a Cifuentes, pero la cacería ya se había desatado. Es lógico que la oposición trate de desgastar al PP, pero no todo vale para eso, especialmente cuando se siembra indiscriminadamente la sospecha y se pone en riesgo la estabilidad de las instituciones. Todo esto ocurre en el momento en que España se recupera de una tremenda crisis y cuando el populismo cuestiona el pacto constitucional. El hecho es que las instituciones están funcionando en una democracia todavía joven, que se ha hecho a sí misma con el esfuerzo personal de hombres y mujeres de todas las orientaciones culturales e ideológicas. Ya sabemos que no han faltado los delincuentes que se han lucrado con el ejercicio de la política y que empiezan a estar entre rejas. En definitiva, la democracia se hace día a día, sin dejar de madurar. Al final siempre quedan al descubierto a quienes se han lucrado y quienes tratan de hundir al único sistema que garantiza la convivencia.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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