J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Decisión equivocada

La decisión del presidente Trump, de abandonar el Acuerdo de París contra el cambio climático no es una buena noticia. El cuidado de la creación, como nos recuerda con insistencia el Papa Francisco, es prioritario para una humanidad que vive en una naturaleza herida, en un entorno amenazado por los efectos descontrolados del progreso material, de la codicia y la ambición. El liderazgo que los Estados Unidos ha mantenido en los últimos años contra el cambio climático queda en suspenso con la retirada ahora anunciada con unos argumentos que no dejan de ser una excusa para ocultar intereses de otro orden. No olvidemos que Estados Unidos es el segundo país del mundo en emisiones de gases invernadero, solo superado por China.El acuerdo de París, suscrito por 195 países, sin duda no es perfecto, pero es un paso adelante realista que promueve la reducción obligatoria de emisiones de carbono para que el incremento de la temperatura global a finales de siglo sea dos grados menor. La negativa de Trump a mantener su adhesión a ese acuerdo facilita que China y la Unión Europea se coloquen a la cabeza de la lucha contra el cambio climático. En el caso de China, esta decisión permite al gobierno de Pekín abrazar una causa justa y maquillar las debilidades de su sistema. Y en el caso de la Unión Europea ratifica la observación de la Canciller alemana, Ángela Merkel, de que Estados Unidos ha dejado de ser un socio en el que se puede confiar para algunas grandes causas.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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