Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las negociaciones para formar Gobierno en Alemania no han permitido llegar a un acuerdo y la Canciller Merkel ha asegurado que prefiere una repetición de las elecciones antes que gobernar en minoría. Ya veremos qué sucede en los próximos días porque todavía es posible salvar la situación. Unas nuevas elecciones no serían nada convenientes ni para Alemania, un país en el que la estabilidad política es una seña de identidad, ni para el conjunto de Europa. Alemania, junto con Francia, lidera el proceso de construcción europea que tiene en este momento importantes retos por delante. Una Alemania sin Gobierno durante meses no nos vendría nada bien a los demás socios.
La dificultad para formar Gobierno en Alemania es un síntoma más de la ruptura de los consensos básicos sobre los que se ha construido Europa después de la II Guerra Mundial. EL SPD prefiere, de momento, una repetición de las elecciones por razones de desgaste partidista. Los liberales se niegan a ceder, porque quieren mano dura con los refugiados y menos Europa. Y quien puede resultar beneficiada de esta falta de convergencia en los objetivos es Alternativa por Alemania, la formación de extrema derecha que no tiene un proyecto coherente y se limita a instrumentalizar el malestar.
Esperemos que en el último minuto los partidos alemanes recuperen el sentido del bien común. Pero en cualquier caso el aviso es serio. Incluso donde ha imperado la estabilidad, la cultura política ha cambiado, y ya no estamos de acuerdo sobre lo que nos ha hecho la región más próspera, cohesionada y pacífica del mundo.