LÍNEA EDITORIAL 30-S
Que nadie quede excluido de la sociedad
Con motivo del Día Mundial de los Migrantes y Refugiados, el Papa ha inaugurado este domingo en la plaza de San Pedro una gran escultura de barro y arcilla
Madrid - Publicado el
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Con motivo del Día Mundial de los Migrantes y Refugiados, el Papa ha inaugurado este domingo en la plaza de San Pedro una gran escultura, de barro y arcilla, en la que, en una barca, personas de diferentes razas tratan de llegar a puerto seguro; una obra del canadiense Timothy Schmaltz, que lleva por título “Ángeles inadvertidos” y que quiere recordarnos a cada uno de nosotros el desafío evangélico que supone dar la bienvenida y acoger al que llega. Celebramos esta Jornada anual, como también ha dicho el Papa, para reafirmar la necesidad de que nadie sea excluido de la sociedad. Precisamente ese es, en buena parte, el desafío de la evangelización, porque la propuesta del Evangelio es para todos.
La fe sin obras es una fe muerta, de la misma manera que en la carrera de una solidaridad sin sentido último, se puede agostar el impulso meramente humano y se termina acabar por tirar la toalla. Esa devoción, ese estar enamorados del corazón de Cristo, no es para superdotados, ni engreídos. Como ha subrayado el Cardenal Omella, en el congreso de Evangelización celebrado este fin de semana en la diócesis de Getafe, es preciso que vivamos enamorados de Jesús desde la humildad y la sencillez, porque así haremos expansivo ese amor y proyectaremos en nuestras vidas la predilección que Dios tiene por los más sencillos, por los últimos y olvidados de la historia, por esos ángeles que a menudo pasan inadvertidos y que nos lanzan el desafío de ponernos verdaderamente en juego para rescatarles de los márgenes, darles la bienvenida y acogerles, protegerles, promoverles e integrales entre nosotros.