L.E. 26 DE ABRIL DEL 2021

Polarización interesada

Las declaraciones de Sánchez sobre Vox, partido que no dudó en elogiar cuando le ayudó a sacar adelante alguna iniciativa, suponen una peligrosa identificación con Podemos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La campaña electoral para las elecciones autonómicas de Madrid ha desbordado los cauces razonables del debate político para convertirse en una confrontación en la que se agitan falsos fantasmas. Parece que todo vale para conseguir la movilización. Si en democracia no hay respeto por las personas y una mínima lealtad con los hechos, se entra en un terreno muy peligroso.

Comenzó Podemos jaleando las agresiones sufridas por los miembros de Vox en Vallecas. También se equivocó Vox al no condenar las amenazas sufridas por Iglesias y Marlaska. Iglesias, hasta el viernes, necesitaba animar a sus potenciales votantes que pensaban abstenerse y necesitaba conseguir transferencia de voto del PSOE y de Más Madrid. Está utilizando desde el viernes pasado la negativa de Vox a dar crédito a las amenazas como palanca para crear la idea de que el fascismo va a gobernar en la Comunidad de Madrid si gana Ayuso y se apoya en los votos de Abascal. Ya no es solo VOX quien es descalificado como partido de ultraderecha, ahora la descalificación se extiende también al PP.

Esta táctica de Iglesias entra dentro de los manuales tradicionales de agitación. Lo llamativo es que el PSOE haya entrado en la misma dinámica. Las declaraciones del propio Sánchez sobre Vox, partido que no dudó en elogiar cuando le ayudó a sacar adelante alguna iniciativa legislativa, suponen una peligrosa identificación del Gobierno con las posiciones radicales de Podemos.