Línea Editorial: "El programa de Petro, embarrancado"

"Rendir cuentas y asumir el escrutinio de la opinión pública y los órganos de control jurisdiccional son reglas de juego que solo pueden fortalecer la democracia colombiana"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La presidencia de Gustavo Petro está en crisis. Por un lado, pesan escándalos de corrupción sobre un gobierno que se ha legitimado por su defensa de las clases más desfavorecidas de Colombia. Petro es el primer presidente colombiano que lidera un proyecto de izquierda y ha liderado una agenda de reformas que comenzaron por la cuestión fiscal. Un año más tarde, como titula la prensa internacional, el Gobierno de Petro se tambalea. El pasado 2 de junio se publicaron los resultados de un sondeo demoscópico que no son nada favorables. Solo el 33,8% de los ciudadanos encuestados aprueban la gestión del presidente.

La aritmética parlamentaria podría favorecer la moderación y facilitar el encuentro con posiciones moderadas que acompañaran reformas ineludibles. Sin embargo, quienes podían facilitar las reformas, conservadores y liberales, y los elementos centristas de su Ejecutivo, han abandonado a Petro. La falta de dirección, de criterios estables y de políticas moderadas e inclusivas han favorecido ese progresivo abandono.

Súmese a esto que el Plan de Paz, una tarea extremadamente compleja, no acaba de cuajar. Y Petro se enfrenta a la sospecha de escándalo sobre la financiación de su campaña electoral. La adhesión popular que busca para legitimarse no puede ser una coartada. Rendir cuentas y asumir el escrutinio de la opinión pública y los órganos de control jurisdiccional son reglas de juego que solo pueden fortalecer la democracia colombiana.