Línea editorial: "La política como una de las formas más altas de caridad"

El Papa Francisco ha recibido este sábado en El Vaticano al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una audiencia que, de forma significativa e inusual, se ha hecho pública, puesto que el discurso del Papa al presidente español puede verse y escucharse íntegramente en las redes.

Además de abordar cuestiones de interés común, tanto de carácter nacional como internacional, como por ejemplo la actual situación de emergencia sanitaria, el proceso de integración europea o el fenómeno de las migraciones, el Papa le ha pedido a Sánchez que mantenga un diálogo constante con la Iglesia en España y ha recordado que en política no se puede hacer borrón y cuenta nueva, sino que hay que tener en cuenta las raíces para poder dar frutos.

Esto es, en muchas ocasiones, lo más difícil para un político que en lugar de contribuir al crecimiento y a la construcción de un futuro en común, actúa pensando que la patria ha de ser lo que él quiera y no lo que ha recibido.

En la estela de otros papas y en particular de lo que con tanta claridad afirmó san Pablo VI, Francisco ha hecho ante el presidente español un elocuente elogio de la política como una de las formas más elevadas de caridad, que ennoblece y muchas veces lleva al sacrificio; la política entendida siempre como servicio al bien común y nunca solo como un mero arte o una cuestión de eficaces maniobras.

Si, como a veces sucede, no se entiende de esa forma elevada, la política corre el riesgo de caer en brazos de las ideologías. Entonces, como ha dicho el Papa con palabras contundentes, las ideologías se terminan por apoderar de una nación o de un país y, en lugar de ayudar a construir, desfiguran la patria.