Línea editorial: Lucha contra el yihadismo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los ataques del pasado lunes en Austria llegan después de que Francia haya sufrido tres atentados islamistas en algo más de seis semanas. A lo que hay que sumar que el profesor de Samuel Paty fue decapitado por un checheno. Macron ha reaccionado insistiendo en que hay que luchar contra el islam separatista e impulsar un islam ilustrado. Francia lucha desde hace años contra la radicalización de una pequeña minoría pero no consigue solucionar el problema. La fórmula que utiliza París, con los diferentes gobiernos, se basa en fortalecer lo que se conoce como la laicidad de la república, que se basa fundamentalmente en convertir la religión en una cuestión meramente privada. Lo cierto es que, en muchos casos, la laicidad francesa no es tanto neutralidad o aconfesionalidad del Estado, sino una especie de religión laica.

Es urgente promover un Islam que rechace la violencia y la ideología nihilista. Pero el mejor modo de responder al desafío no es el estatalismo clásico francés, sino hacerlo desde abajo: alentando que el islam verdaderamente religioso, el que rechaza la violencia, tenga protagonismo. Y para eso es necesario superar los prejuicios laicistas y aceptar que la religión puede y debe tener un papel en las democracias del siglo XXI.