Línea editorial: "Deriva autoritaria en Turquía"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Turquía vuelve a dar motivos de preocupación internacional por su deriva hacia un Estado autoritario en el que se limitan las libertades y se vulneran los derechos humanos. Con la mayoría formada por el partido Justicia y Desarrollo, del presidente Tayyip Erdogan, y el ultranacionalista Partido de Acción Nacional Turco, se ha aprobado una ley que regula la actuación de las organizaciones de la sociedad civil y controla los movimientos de las organizaciones no gubernamentales. El Ministerio del Interior turco tendrá plenas facultades para suspender las actividades de cualquier asociación o grupo de la sociedad civil e intervenir en las ONG.
Según la oposición turca, esta norma tiene como finalidad silenciar las voces disidentes de la sociedad civil y atenta contra la Constitución y los tratados internacionales suscritos por Turquía, en concreto contra el artículo 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, tal como ha manifestado el Consejo de Europa. Uno de los aspectos más preocupantes es la inseguridad jurídica que genera esta norma. Es imprevisible la aplicación que el gobierno turco puede hacer de una ley aprobada a la medida de sus intereses, en un país que sigue siendo miembro de la Alianza Atlántica y, sobre el papel, candidato a la Unión Europea. La proliferación de procesos penales de índole política y la acumulación de presos políticos en las cárceles turcas son otros síntomas preocupantes de una deriva que también tiende a desestabilizar el orden internacional.