Frente a la carestía, represión

Nicolás Maduro ha dado un paso grave, más grave si cabe, en el ejercicio de su poder dictatorial. Ha ordenado la desaparición del partido de Juan Guaidó y Leopoldo López. El fiscal encargado de este caso político ha pedido al Tribunal Supremo que el partido Voluntad Popular sea declarado organización terrorista. El chavismo considera que Voluntad Popular agrede al pueblo venezolano, obtiene rédito económico en tanto que fuerza de oposición y fomenta el bloqueo a la entrada de productos básicos.La seguridad de la República, esgrime con cinismo el Presidente Maduro, está por encima de todo.

La realidad es que Venezuela es ya un país en situación de colapso. La llegada del buque Fortune y otros cuatro cargueros procedentes de Irán son la mejor muestra de la realidad en la que hoy viven los venezolanos. Irán no lleva gasolina y gasóleo a las refinerías de Venezuela a cambio de nada. Más bien parece que es el oro de las reservas venezolanas lo que está pagando la supuesta solidaridad iraní. El asunto es grave en un país que carece de todo, y se está convirtiendo en un caso internacional extremadamente peligroso.

Y mientras eso sucede, y a las costas de Venezuela llegan cargueros iraníes y mercenarios que no se sabe bien quién paga, el país necesita ayuda humanitaria. Los ciudadanos carecen de alimentos y no hay electricidad en los hospitales, ni en las residencias. Este es el problema más urgente frente al que Maduro solo tiene una respuesta: más represión.