LÍNEA EDITORIAL
Cataluña ante unas nuevas elecciones
Si los partidos independentistas alcanzaran más de la mitad de los votos, presionarán al Ejecutivo de Sánchez en todos los frentes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Arranca la campaña electoral en Cataluña, marcada por la pandemia. Por primera vez los mítines dejarán de ser más o menos masivos y, aunque parece que se regulará el acceso, ganarán fuerza las transmisiones “online”. Al margen de los medios que deberán utilizarse, esta campaña tiene otras peculiaridades.
Los presos del Procés van a recibir el tercer grado pese a la oposición del Tribunal Supremo, mientras la sombra del fugado Puigdememont planea con intensidad sobre un independentismo fragmentado y enemistado. No es sencillo saber cuál es la baza real que jugará ERC. Por lo que al PSC se refiere, todo es una incógnita. Ciudadanos se ha desinflado. Las posibilidades de que el Partido Popular reciba ese voto están por demostrar y habrá que ver qué pasa con VOX. Todo esto es un escenario en el que el catalanismo moderado ha sido incapaz de articular una propuesta creíble.
Si los partidos independentistas alcanzaran más de la mitad de los votos, presionarán al Ejecutivo de Sánchez en todos los frentes. También es posible un tripartito formado por el PSC, Esquerra y los Comunes, la gran baza de Sánchez al mandar a Salvador Illa como muñidor de esa entente que aparcaría, de momento, el sueño de la unilateralidad. La posibilidad de un gobierno constitucionalista es, de momento, un sueño. En todo caso la sociedad catalana necesita urgentemente un gobierno que tome decisiones, distribuya recursos y gestione el día a día de una sociedad paralizada, con lealtad institucional y sin aventuras suicidas.