Advierte Francisco: la fraternidad o el caos
Una fe en la que la fraternidad y la compasión hacia el otro es un elemento nuclear
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Encuentros como el que mantuvo esta semana el Papa con grandes personalidades islámicas y el secretario general de la ONU se han convertido, en cierto modo, en parte de la cotidianidad. Y sin embargo, hasta hace poco resultaban impensables. El impulso del Concilio Vaticano II y el surgimiento de movimientos políticos violentos o extremistas que se erigen en los auténticos portavoces autorizados de su religión han puesto al diálogo interreligioso en el centro de la agenda internacional, como una contribución de singular importancia que los líderes y las comunidades religiosas están llamadas a prestar a la causa de la paz.
Con el encuentro que convocó en Asís tras el 11-S, Juan Pablo II refutó de un plumazo la tesis según la cual Occidente y la civilización islámica estaban abocadas a un choque violento. Benedicto XVI y ahora Francisco han continuado fielmente ese legado, especialmente reconocible en las palabras del Papa este jueves al emir de Abu Dabi y al gran imán de Al Azhar, presentando la indiferencia como una forma tal vez sutil, pero absolutamente real de enemistad. En un mundo global, con sociedades crecientemente interculturales, “o somos hermanos, o se viene todo abajo”, dijo Francisco.
Un año después de la firma en Abu Dabi del Documento de Fraternidad Humana, el Obispo de Roma insiste en refutar a quienes presentan el diálogo como una traición a los propios principios. Más bien al contrario, la apertura al diálogo es un indicador de robustez en la fe. Una fe en la que la fraternidad y la compasión hacia el otro es un elemento nuclear.