Acuerdo energético europeo

Los veintisiete países de la Unión Europea han llegado a un acuerdo ante los previsibles problemas en el suministro de gas durante el próximo invierno. Los ministros de Energía han decidido que la reducción del consumo de gas será voluntaria, tal como había pedido España, que se ha comprometido ahorrar un 7 por ciento del consumo de los particulares y de las industrias. Pero la Comisión Europea podrá imponer un ahorro del 15 por ciento en el caso, más que probable, de que se produzca una alerta energética a causa de un grave riesgo, como el de que Putin cierre el suministro de gas a Europa.

Esta limitacion solidaria del consumo está destinada a reduccir la demanda, bajar la presión sobre los precios y crear una reserva para garantizar que países que tienen una alta dependencia del gas ruso, como Alemania, Países Bajos o Dinamarca, aseguren esa fuente de energía durante los dos próximos inviernos. La reacción negativa de España al primer proyecto europeo se ha ido matizando a lo algo de las negociaciones. Pedro Sánchez no puede olvidar que, cuando se produjo la crisis ecónomica de 2008, fue el superavit de los países a los que ahora hay que ayudar el que permitió sostener a quienes más lo necesitaban. España, pese al lamentable episodio con Argelia, tiene unas mejores condiciones de suministro, por sus infraestructuras y por la escasa dependencia de Rusia, y por eso debe tener una actitud ejemplar ante una decisión que garantiza que la Unión Europea puede vivir sin depender de las estrategias de coacción de Putin.