Las bandas se hacen con el control de Puerto Príncipe (Haití)

934 víctimas por violencia entre bandas de Haití en lo que llevamos de 2022 según la ONU

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En el año 2010, un terremoto de magnitud 7,0 en la escala richter golpeó a uno de lo países más pobres del mundo, Haití, dejando un total de 316.000 personas fallecidas. Un país con escasos recursos se vió sorprendido por un seísmo que acabó con la poca infraestructura que había en el país. El país cayó en una profunda crisis económica que derivó en pobreza e inseguridad. En ese momento la sociedad internacional se volcó con el país isleño, mostrando su apoyo económico y humanitario. Personas de todo el mundo donaron dinero a la causa de reconstruir Haití. Grandes artistas se reunieron para recaudar fondos con los que ayudar a la población que habitaba en ese pequeño país. La ONU realizó multitud de proyectos para tratar de rescatarlo.

Años antes del terremoto, en 2004, este país estaba envuelto en un clima de caos y violencia, entonces las Naciones Unidas comenzaron con la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), que consistía en el asentamiento de las fuerzas de paz de esta organización, conocidas como los cascos azules, para salvaguardar la paz y el control en el país. Después del terremoto, se autorizó una ampliación para el despliegue en este país para ayudar con su reconstrucción. En total participaron 9.000 cascos azules y 4.300 policías civiles. Se puso fin a esta misión en el año 2017, y bajo la premisa de objetivo cumplido por instaurar la democracia y las mejoras del estado de derecho, las tropas salieron del país.

Falta policía

La población haitiana comentó que en ese tiempo en que el país estaba bajo el control de los cascos azules, sentían que esas tropas estaban para reprimier al pueblo. Se dieron casos de presuntas agresiones sexuales por parte de estos militares, hacia algunos jóvenes del país. Entregaron el poder a las fuerzas de seguridad del estado, solo 15.000 efectivos para 11 millones de habitantes haitianos.

Jovenel Moise era el presidente en ese momento, y se mantuvo en el cargo hasta 2021, momento en el que fue asesinado en su casa. Durante su mandato, las bandas se hicieron muy poderosas. Unas bandas que tienen su origen en los grupos de seguridad privada que poseían aquellas personas con poder en el país. Se fueron desligando poco a poco hasta convertirse en independientes, comenzaron a ganar poder y notoriedad en el país. Ahora controlan el país.

Valle Chías

La doctora Valle Chías, sevillana y religiosa de la congregación Jesús María, lleva dos años trabajando en Haití haciendo labores humanitarias. Está encargada de llevar una clínica móvil por los distintos poblados del país para aportar ayuda sanitaria. También está en un proyecto de atención a la malnutrición en niños menores de cinco años, y además participa en un laboratorio.

Valle pidió Haití porque fue un verano y se enamoró del país. "Me ofrecí a venir, y como no había mucha gente interesada, tampoco fue muy difícil". Ha visto cómo el negocio de las bandas ha ido proliferando estos últimos años, desde que fuesen solo miembros de seguridad de gente poderosa, hasta que ahora cotrolan todo lo que pasa en Puerto Príncipe, en las ciudades del sur y en las principales vías de comunicación del territorio.

Nos ha contado que las dos bandas que principalmente luchan por conseguir un mayor territorio "suelen estar formados por gente joven, impresionables, obligados, coaccionados o que no encuentran otra manera de sobrevivir. La gente intenta buscarse la vida pero cuando te chocas mil veces contra una pared, yo creo que hacen lo que sea para poder salir adelante y una de esas cosas pues es meterse en las bandas".

Tal y como Valle cuenta, "lo de Haití ha ido creciendo poco a poco. El nivel de violencia e inseguridad que tenemos ahora mismo no ha sido de la noche a la mañana". Esta es una situación que viene de tiempo atrás, pero ha sido ahora cuando se ha hecho más insostenible. "Los que ponen la ley son los de las bandas armadas. Secuestrando depósitos de gasolina, secuestrando camiones, bloqueando rutas, no llega la gasolina, no llega la comida..."

Toda clase de secuestros

La capital es la que más está notando este ascenso de la violencia, los grupos se enzarzan en peleas diarias en esta ciudad día tras día. Estas bandas infunden el miedo en los habitantes del país, principalmente en la capital y las zonas del sur. Estos grupos secuestran a todo tipo de personas, e incluso colegios enteros. Lo único que diferencian a la hora de secuestrar a las personas, son las cantidades que deben pedir para cada rescate. Pero si no lo pagan, el resultado será el mismo. "En este mismo año han intentado raptar a una amiga nuestra de otra congregación y hace tres semanas asesinaron a otra religiosa".

Valle recuerda los años dorados que se vivieron en el país después del terremoto, con las grandes inyecciones de dinero que vivió el país, pero admite que estuvo mal gestionado. "Con ese dinero se podría haber mejorado el país muchísimo, las infraestructuras siguen paupérrimas".

Toda esta situación ha hecho que miles de personas no puedan acceder ni a alimentos, ni a agua potable, ni a otros productos básicos, porque los interceptan los bandidos. Pero aquellas personas que sí que pueden han visto cómo el precio de un alimento esencial como el arroz, ha triplicado su valor.