EEUU: una política expansionista a base de talonario que ahora centra su mirada en Groenlandia y Europa
Donald Trump estudia la adquisición de este territorio por su posible riqueza petrolífera y su ubicación estratégica
EEUU: una política expansionista a base de talonario que ahora centra su mirada en Groelandia y Europa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El presidente de EEUU, Donald Trump, estudia la posibilidad de comprar el territorio de Groenlandia para expandir las fronteras norteamericanas, según informa el periódico ‘Wall Street Journal’. Las mismas informaciones apuntan que Trump lleva tiempo deslizando esta idea a sus asesores para conocer la viabilidad del proyecto.
Esta petición del presidente ha dividido a los propios asesores. Los partidarios consideran que se trata de una “sólida estrategia económica”, mientras los detractores, por el contrario, advierten que se trata de una “fantasía pasajera.” En cualquier caso, EEUU no es el único candidato en adquirir Groenlandia, ya que China también se ha mostrado interesada, tratando el pasado año de financiar la construcción de un total de tres aeropuertos en el territorio. Sin embargo, EEUU sí que cuenta con una base militar, Thule, que es el destacamento más septentrional del Ejército norteamericano y parte imprescindible de su sistema global de radar.
Groenlandia, que apenas cuenta con una población de 56.000 personas, forma parte de Dinamarca en la actualidad. Los efectos del cambio climático hacen que el hielo Ártico esté en proceso de descongelación. Ante esta coyuntura, las fuerzas internacionales están expectantes, ya que se piensa que tras el hielo se encuentran valiosos yacimientos de petróleo, uranio y tierras raras.
De hecho, no es la primera vez que EEUU está interesado en hacerse con el territorio ártico. Ya el presidente Harry Truman ofreció en 1946 cien millones de dólares. Una oferta que rechazaron los daneses. Así las cosas, es mucho lo que obtendría EEUU si finalmente adquiriera Groenlandia. Por un lado, el petróleo. En 2018, dos de las tres petroleras más grandes de China estaban interesadas en conseguir las contratas para explorar los yacimientos petrolíferos de Groenlandia. Algo que, obviamente, no interesaba a EEUU en un contexto de guerra comercial que mantiene con el gigante asiático. Además de los recursos petrolíferos, los recursos naturales de Groenlandia no son nada desdeñables. De hecho, algunos informes aseguran que esconde importantes yacimientos de rubíes y minerales como hierro, uranio, aluminio o cobre.
Y, como no puede ser de otra manera cuando hablamos de EEUU, detrás de este interés habría un motivo militar de peso. Y es que su compra, permitiría a los americanos experimentar con armas nuevas a pocos kilómetros de la costa rusa, ya que la zona norte de Groenlandia es limítrofe con el polo norte, donde las zonas septentrionales de Rusia están relativamente cercanas.
En definitiva, si se efectuara la operación, permitiría al estado norteamericano ejercer un mayor control del planeta a nivel geográfico. Groenlandia se uniría así a una larga lista de adquisiciones territoriales que alcanzó EEUU desde la Guerra de la Independencia Americana, por su afán expansionista.
La República de Vermont fue uno de los primeros territorios adheridos a EEUU, a finales del siglo XVIII. Poco tiempo después, en 1803 (XIX), América compraría Luisiana, el territorio más extenso de los adquiridos por la principal potencia mundial. Se la compraría al Emperador francés Napoleón Bonaparte, ya que por aquel entonces Luisiana era Cónsul de Francia. Años más tarde se haría lo propio con Oregón y con Florida, este último territorio español, y que serviría precisamente para establecer las fronteras entre Nueva España y EEUU. España se vio obligada a la venta de Florida al estar rodeado de territorio americano, a muchos kilómetros de la madre patria.
A mediados del siglo XIX, Texas dejaría de formar parte de México para unirse a EEUU. Un periodo que coincidió con la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, también entre México y EEUU, que supuso para este último incorporar lo que hoy se conoce como Costa Oeste, en la que se incluye California o Nuevo México.
No solo EEUU llegaría a acuerdos con México. También haría lo propio con Rusia, que permitió a los americanos hacerse con Alaska. Fue en el año 1867. Rusia acabó por acceder dada la precaria situación económica que padecía, y que unas décadas más tarde desembocaría en la Revolución rusa. Con el cambio de siglo, en 1900, Hawaii se anexionó al Imperio Americano.
A partir de ese momento, otros territorios formarían parte de EEUU, pero no tienen los mismos derechos que los anteriores, que a día de hoy conforman los 50 estados del país. Es el caso de Puerto Rico, que se anexionó a EEUU, tras la guerra hispano-estadounidense de 1898, en el que España perdió sus colonias, Cuba y Filipinas. Los puertorriqueños son considerados estadounidenses, pero no votan en las elecciones americanas, al contar con un gobierno propio. Se trata de un Estado Libre Asociado. Similar a la situación de Puerto Rico es la de las Islas Marianas, Guam, Islas Vírgenes.
Una política expansionista que con Groenlandia escribe un nuevo capítulo, aunque con final incierto. Hasta ahora, la adquisición de territorios por parte EEUU ha supuesto una inversión superior a los setenta mil millones de dólares.