Alemania y su Ley de Memoria Histórica: un revisionismo “negativo” que ahora pende de un hilo

Los restos de Adolf Hitler fueron arrojados a un río y la legislación germana impide que sea homenajeado

 

COPE.es

Tiempo de lectura: 1' Actualizado 21:59

Se la conoce como la Vergangenheitsbewältigung, una combinación entre dos palabras alemanas: “Vergangenheit”, que se traduce como 'pasado', mientras que “bewältigung” significa 'afrontamiento'. Afrontar el pasado. Es la doctrina que representa la Ley de Memoria Histórica en Alemania, instaurada inmediatamente después de la derrota del nacionalsocialsimo en 1945.

Al contrario de lo que pueda parecer, no fue la República Federal Alemana la que empleó la doctrina en primer momento, sino el gobierno interino que conformó el bando aliado tras el triunfo de la Segunda Guerra Mundial. Una tendencia que continuó el Ejecutivo germano y el canciller Konrad Adenauer que sustituyó al III Reich a finales de los años 50.

El Vergangenheitsbewältigung versa sobre la responsabilidad tanto del Estado alemán como de los ciudadanos individualmente por los crímenes cometidos por Hitler y Alemania en general durante el conflicto bélico, así como el Holocausto. Se construyeron monumentos en Berlín, tanto la iglesia luterana como la católica se involucraron en una política de perdón y, sobre todo, la Educación jugó un papel importante con visitas a campos de concentración.

 

Fundamentalmente, la diferencia entre el Vergangenheitsbewältigung y la conocida como Ley de Memoria Histórica en España radica en la penalización tanto de reivindicar la figura de Hitler como de “partidos anticonstucionalistas”, claramente en referencia al partido nazi. Algo que en España no está contemplado en el Código Penal, no así en el artículo 86 del alemán “Difusión de medios de propaganda de organizaciones anticonstitucionales”.

Sin embargo, en los últimos años esta situación ha peligrado tanto con el fallecimiento de las últimas víctimas del Holocausto y la irrupción de Alternative für Deutschland (AfD), el partido de extrema derecha, en el Bundestag. Uno de los líderes del partido, Björn Höcke, reclamaba justo después de las elecciones una revisión del Vergangenheit, alegando que “se enseña la historia alemana de una forma demasiado negativa” y que se trata de un “un monumento de la vergüenza”.