Sánchez se pone en guardia ante el posible adelanto electoral en Castilla y León y Andalucía

En el entorno del Presidente preocupa el efecto arrastre para Pablo Casado de unas urnas separadas en el tiempo en las dos comunidades autónomas

@rrodriguezmaeso

Jefe de Política

Madrid

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 17:24

Un nuevo tiempo electoral asoma en 2022 y además lo hace en Castilla y León y Andalucía, dos Comunidades Autónomas donde las opciones del PP vienen fortaleciéndose según todos los sondeos. Las posibilidades de un adelanto de sendas citas, además por separado, está en manos de Alfonso Fernández Mañueco y de Juan Manuel Moreno Bonilla.

Los castellano-leoneses podrían ir a las urnas en marzo del próximo año y no en mayo de 2023 al estar Fernández Mañueco bajo la amenaza de una nueva moción de censura socialista, una vez transcurrido un año el próximo 11 de marzo de su primera ofensiva. Sobre los andaluces cobra fuerza una convocatoria en junio, cuando además Moreno Bonilla se ha visto sin posibilidad de sacar adelante unos nuevos presupuestos. En su caso, a diferencia de su compañero, las andaluzas tocarían en diciembre de este próximo año.

Desde hace semanas, en la séptima planta de la sede de Génova tienen diseñado salpicar el 2022 con sendas elecciones anticipadas y separadas. Y lógicamente, Pedro Sánchez reniega de esa estrategia sobre la mesa de Pablo Casado de afrontar un carrusel electoral. Así lo ha evidenciado el presidente del Gobierno en una conversación informal tras el acto institucional en el Congreso de los Diputados con motivo del 43 aniversario de la Constitución. Sánchez ha abogado por centrar los esfuerzos en la recuperación económica, con la llegada además, según ha incidido, de los fondos europeos. En total, 70.000 millones de euros hasta 2024.

Descontado, Sánchez se ha presentado respetuoso con una prerrogativa, la de convocar elecciones autonómicas, de los distintos líderes territoriales. En realidad, no le queda otra. Sin embargo, un más que posible mal resultado, por partida doble, en Castilla y León, primero, y en Andalucía, después, preocupa al PSOE por el impulso para el propio Casado y el impacto en las sucesivas contiendas en ciernes en 2023, incluidas las generales. Es del máximo interés del presidente del Gobierno que su organización afronte elecciones pudiendo medir los ciudadanos todo lo que él mismo asegura que está por llegar en el terreno económico.

Cada año la onomástica de la Carta Magna dispensa gestos. Los equipos de Sánchez y de Casado ni siquiera se han puesto inicialmente de acuerdo en si se han saludado. De haber existido, ha sido fugaz. Apenas habría dado al líder de los populares para felicitar al jefe del Ejecutivo por el día de la Constitución. En su charla informal, Sánchez ha mantenido que “no tiene contacto” con Casado y ha alejado aún más las posibilidades de renovar el Consejo General del Poder Judicial porque, según ha advertido, “dos no bailan si uno no quiere”. Incluso ha censurado al PP por “normalizar el incumplimiento flagrante” de la Ley de Leyes.

Este 6 de diciembre ha copado los saludos del Gobierno y de la Oposición el nuevo presidente del Constitucional, Pedro González-Trevijano. Su estreno en este tipo de actos ha difuminado la asistencia del presidente del Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, con quien Sánchez ha eludido conversar. Sí lo ha hecho, en cambio, Casado. Concluida la conmemoración, será tiempo dentro de otros 365 días de hacer un nuevo balance del estado de nuestra Carta Magna.