Sánchez, investido presidente con aliados a los que les importa "un comino" España

El candidato socialista logra sacar adelante la investidura con sólo dos votos de diferencia entre el "sí" y el "no"

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Pedro Sánchez ha conseguido este martes ser investido presidente del Gobierno en su tercer intento tras las derrotas de 2016, cuando acudió con el apoyo de Ciudadanos, y en 2019, cuando forzó un gobierno en solitario que no contó con el apoyo de Unidas Podemos. El candidato socialista ha logrado al fin el refrendo de la Cámara Baja pero con el apoyo más exiguo que ha obtenido un presidente en democracia: sólo dos "síes" más que "noes". 167 diputados han apoyado al candidato socialista y 165 han votado en contra. ERC y Bildu se han abstenido.  

En concreto, a los 120 votos del PSOE, Sánchez sumó 35 de Unidas Podemos, los seis del PNV, los tres de Más País-Equo-Compromís y los otros tres de Teruel Existe, Nueva Canarias y Bloque Nacionalista Galego (BNG). En el bloque del 'no' se posicionaron los 88 del PP, los 52 de Vox, los 10 de Ciudadanos, los 8 de Junts per Catalunya, los dos de la CUP, los otros dos de Unión del Pueblo Navarro (UPN), uno de Foro Asturias, otro del Partido Regionalista Cántabro (PRC) y uno más de Coalición Canaria. Los otros 18 diputados restantes --los 13 de Esquerra Republicana (ERC) y los cinco de Bildu-- han optado por la abstención.

Pese a las presiones denunciadas por los diputados socialistas para 'traicionar' a Sánchez, ninguno de ellos se ha abstenido o ha votado en contra. El apoyo del PSOE a su candidato ha sido casi total en una imagen de unidad muy buscada ante posibles fisuras por el acuerdo alcanzado con Unidas Podemos y el apoyo en forma de abstención de ERC o Bildu. Una mayoría de presidentes autonómicos socialistas ha acudido al Congreso para respaldar al candidato, como Adrián Barbón, Ximo Puig, Ángel Vicente Torres, Francina Armengol, Concha Andreu y María Chivite. No han asistido los de Aragón, Javier Lambán; de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; ni Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Tanto Lambán como García-Page, en días pasados, se mostraron críticos con las negociaciones que estaba desarrollando el PSOE con ERC. También han asistido otros representantes autonómicos del PSOE, aunque no gobiernan, como Ángel Gabilondo (Madrid), o el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Susana Díaz estuvo presente en las dos sesiones del fin de semana. 

Sánchez consigue la investidura en su momento de mayor debilidad. Incapaz de superar los 120 escaños, ha tenido que firmar un gobierno de coalición con Unidas Podemos y apoyarse en los independentistas para superar la votación pese a que en la campaña electoral prometió que jamás pactaría con Iglesias y no alcanzaría ningún acuerdo con los secesionistas. La realidad golpeó a Sánchez, perdiendo tres escaños y miles de votos, y el socialista ha preferido dejar España en manos de aliados a los que les importa "un comino" España.

Así lo ha dejado claro la diputada de ERC, Montserrat Bassa, hermana de la política independentista presa Dolors Bassa durante el debate celebrado este martes. "Me importa un comino la gobernabilidad de España", ha dicho durante su intervención.  De hecho, ha asegurado que, por su parte, personalmente "habría votado no" en la investidura pero que optaban por la abstención porque creen "en la palabra frente a la violencia" y por la "empatía" que le recomiendan sus compañeros presos. Unos compañeros para los que ha reivindicado "la libertad inmediata" y la "nulidad de la sentencia", al finalizar su discurso.

El discurso de Bassa devalúa el pretexto principal de Sánchez para sacar adelante esta investidura con el apoyo de los independentistas: la necesidad de acabar con el bloqueo. En su intervención, Sánchez ha criticado también la actitud de PP, Ciudadanos y Vox, cuya negativa a permitir un Gobierno del PSOE se explica tan sólo porque para ellos "o gobiernan las derechas o no hay gobierno en España". "Nada se puede construir desde la frustración y la amargura", les ha espetado. El líder socialista les ha invitado a abandonar este "clima tóxico" que están propiciando con su actitud, con la que deterioran la convivencia al fomentar la crispación.

Una vez más, Sánchez ha desaprovechado la oportunidad de defender a la Monarquía tras las graves acusaciones vertidas por Bildu. Sólo ha hablado del Rey Iglesias, pero para atizar a PP y Vox asegurando que los partidos de la derecha son "la mayor amenaza" contra la monarquía en España al alinearse con ella.  La armonía del PSOE con Iglesias es clara. Del "no podría dormir por las noches", el PSOE ha pasado a aplaudir en pie al líder de Unidas Podemos. "No nos van a atacar por lo que hagamos, nos van a atacar por lo que somos", le ha advertido Iglesias al ya presidente Sánchez.

Casado y Arrimadas han dedicado de nuevo las palabras más duras a Sánchez. El líder del PP ha acusado al candidato socialista de "cambiar el régimen" de la Constitución de 1978 con tal de mantenerse en el poder y de haberse convertido en el "hombre de paja" del independentismo y su "caballo de Troya" para llegar al Gobierno.  "Su única patria es usted", ha espetado a Sánchez, al que ha llamado "ultra", así como a sus socios de Gobierno, porque lo que se ha visto de ellos este semana en el debate de investidura "da miedo". Arrimadas ha vuelto a tirar de hemeroteca y ha recordado que Sánchez "en campaña dijo que iba a detener a Puigdemont, no tener a Podemos en el Gobierno e introducir el delito de referéndum ilegal". "Ahora, se ha presentado a la investidura trayendo todo lo contrario", ha dicho. 

Con la investidura de Sánchez, España encara su primer gobierno de coalición en democracia y las dudas razonables que origina un Ejecutivo con cinco miembros populistas en una Cámara Baja en la que gozan de minoría y cuyas propuestas tendrán que ser apoyadas por unos partidos que ya en el debate de investidura han dado muestra de su fuerza. "Sin Mesa de negociación no hay legislatura", dijo Rufián en su intervención del sábado haciendo valer el acuerdo alcanzado con el PSOE que asienta reuniones bilaterales y una consulta pactada en Cataluña. Sánchez ha dado luz verde a una vía que le hace presidente pero que aboca España a la mayor incertidumbre e inestabilidad en cuarenta años.