Oxfam llama a priorizar la lucha contra la desigualdad en los países del Sahel
Oxfam llama a priorizar la lucha contra la desigualdad en los países del Sahel
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Los gobiernos deben aumentar el gasto social, principalmente en educación y salud, y reformar su sistema fiscal
La región del Sahel se enfrenta en la actualidad a numerosos retos, tanto desde el punto de vista humanitario como de seguridad, ante el aumento de la violencia de carácter yihadista e intercomunitario, y la única manera de superarlos es priorizando la lucha contra la desigualdad que caracteriza a estos países africanos.
Eso es al menos lo que defiende Oxfam en su último informe, 'Asegurar no es desarrollar: la lucha contra la desigualdad debe ser nuestra prioridad', en el que llama a los gobiernos de estos países, así como a las organizaciones regionales y la comunidad internacional en general, a apostar por reducir las desigualdades imperantes en el Sahel.
"Las crisis a las que se enfrenta el Sahel, ya sean de naturaleza humanitaria, medioambiental o de seguridad, están todas arraigadas en la desigualdad y el profundo sentimiento de injusticia que impregna las sociedades sahelianas", sostiene la ONG, advirtiendo de que "estas desigualdades minan peligrosamente la vida comunitaria y tienen como resultado repetidas tensiones y violencia".
Según Oxfam, la desigualdad es "flagrante" y está presente en todos los ámbitos de la vida lo cual "encierra a un número creciente de personas en la pobreza y les deja sin perspectivas de futuro", "fomenta la injusticia y las tensiones" y afecta las relaciones entre comunidades. "Crea las condiciones para la desestabilización y la inseguridad que prevalecen en la región hoy en día", resume el informe.
Los países del Sahel presentan una gran desigualdad en términos de ingresos, ya que por ejemplo en Senegal y Chad --los más desiguales-- el 10 por ciento más rico tiene el doble de ingresos que el 40 por ciento más pobre. En el plano social, pese a los avances de las últimas décadas, sigue habiendo una persistente desigualdad en lo relativo al acceso a la educación y la salud, que afecta principalmente a mujeres, los más pobres y las áreas rurales.
PERSISTENTE DESIGUALDAD DE GÉNERO
La desigualdad de género también es persistente, en muchos casos motivada por las propias legislaciones. En países como Burkina Faso, Malí y Senegal, las mujeres solo poseen el 10 por ciento de la tierra pese a que constituyen el 40 por ciento de la mano de obra agrícola.
A esto se suma, según destaca Oxfam, el hecho de que aunque el Sahel es responsable de una ínfima parte de las emisiones de gases de efecto invernadero es una de las regiones más afectadas por el cambio climático. En el caso de Níger, se le considera el país más vulnerable del mundo frente a este problema.
"Pese a los progresos considerables, el Sahel, donde más de la mitad de la población no tiene acceso a agua potable, sigue siendo una de las regiones más pobres del mundo, así como la que ha experimentado el mayor deterioro de la seguridad alimentaria en la última década", ha resaltado el director regional de Oxfam para África Occidental, Adama Coulibaly.
Asimismo, "el Sahel es también una de las regiones con las peores desigualdades climáticas", ha añadido. "Para los estados sahelianos a menudo débiles y faltos de recursos, este doble reto debe llevar a un nuevo enfoque que esté centrado en la lucha contra las desigualdades", ha defendido.
POCOS FONDOS PARA POLÍTICAS SOCIALES
Por ahora, los gobiernos de los países de la región han financiado su gasto en seguridad a costa de los ya de por sí pocos fondos destinados a servicios sociales, en un momento en el que sin embargo, defiende la ONG, son más necesarios que nunca para atajar la desigualdad.
En concreto, Oxfam plantea la necesidad de reformar la política fiscal de los países del Sahel, que considera "demasiado regresiva y que afecta desproporcionadamente a los estratos más pobres" teniendo en cuenta además que las exenciones fiscales, en particular para empresas extranjeras, han aumentado en los últimos años.
En Senegal, la recaudación de impuestos solo representa el 22 por ciento del PIB, una cifra que cae al 18 por ciento en el caso de Burkina Faso, el 16 por ciento en Malí y el 14 por ciento en Níger --en los países de la OCDE es del 34 por ciento--.
La organización humanitaria también cree fundamental una mayor inversión en políticas sociales para una educación y servicios de salud públicos de calidad, dada la persistencia de desigualdades entre mujeres y hombres, ricos y pobres y ciudades y zonas rurales. Aunque estos países se comprometieron a destinar el 20 por ciento de su presupuesto a educación y el 15 por ciento a salud, ninguno ha alcanzado esta meta, salvo Senegal en materia educativa.
CRECIENTE ACTIVISMO SOCIAL
Pero a pesar de lo desesperado de la situación, subraya Oxfam, muchos miembros de la sociedad civil en el Sahel se están movilizando de miles de maneras frente a estos retos, en particular jóvenes y mujeres. Esto pone de manifiesto "el anhelo de la población por el respeto de sus derechos, la justicia, la transparencia y la rendición de cuentas", sostiene la ONG.
Frente a ello, afirma Coulibaly, "hemos notado una inquietante restricción al ya de por sí limitado espacio cívico" en estos países. En el caso de Níger, añade, se han producido numerosos arrestos mientras que en Chad "las redes sociales han sido censuradas desde hace un año".
Para el responsable de Oxfam, "esta es una tendencia preocupante". "Los jóvenes representan la mayoría de la población saheliana así como el futuro de la región", defiende, incidiendo en la necesidad de "restaurar la confianza reconociendo el papel de los jóvenes y de otros ciudadanos en el control de las acciones del gobierno así como su derecho a participar en la vida pública".
Además de sus recomendaciones a los estados, Oxfam también pide al G-5 Sahel --un organismo integrado por Mauritania, Burkina Faso, Malí, Chad y Níger que cuenta con una fuerza militar conjunta-- que "refuerce los aspectos de gobernanza y desarrollo de su acción".
A la Alianza Sahel, que conforman varios países europeos incluida España así como el Banco Mundial y el PNUD entre otros, le pide que garantice una "verdadera coordinación de la ayuda al desarrollo" para la región y fortalecer los esfuerzos comunes para que se lleven a cabo políticas públicas de calidad bajo la dirección de los distintos estados.
"Existe una urgencia en el Sahel. Los esfuerzos de todos los actores nacionales, regionales e internacionales deben priorizar la lucha contra las desigualdades, redirigiendo la ayuda al desarrollo hacia esta cuestión y situando la dimensión humana de la seguridad en el corazón de todas las iniciativas", resume Coulibaly.
La semana pasada, las agencias de la ONU y las ONG que trabajan en la región alertaron de la emergencia que atraviesa el Sahel debido a la violencia sin precedentes tanto en Burkina Faso, Malí y Níger como en la cuenca del lago Chad, que ha dejado un millón de nuevos desplazados internos y aumentado las necesidades humanitarias.