Gobierno y PP, cerca de un acuerdo para renovar los órganos institucionales pendientes

El pacto serviría para renovar en bloque el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y RTVE

Fernando Villar

@rrodriguezmaeso

Jefe de Política

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 20:56

La cuenta atrás ha empezado. El acuerdo “está sin cerrar”, pero se antoja algo más cerca. La negociación está servida al “máximo nivel”, según las fuentes solventes consultadas por la Cadena COPE. El pacto, de sellarse finalmente, sería para renovar en bloque todos los órganos institucionales pendientes. Esto es, desde el Consejo General del Poder Judicial al Tribunal Constitucional, pasando por el Defensor del Pueblo y RTVE.

Las miradas de Gobierno y PP están puestas ahora mismo en la próxima semana, antes del jueves 25 de febrero, cuando el Pleno del Congreso de los Diputados vota 6 representantes del ente público que deben ser elegidos por mayoría de dos tercios. Así, bastaría al Ejecutivo alcanzar la entente con los populares y ahorrarse los sudores de sumar una mayoría alternativa. El pacto para renovar de una tacada todas las instituciones, de producirse, debería llegar, por tanto, como tarde, un día antes, el miércoles 24 de febrero. En Génova lo vislumbran “posible” y su anhelo pasa igualmente por “el paquete completo”, de cumplirse sus condiciones.

A la espera de la letra pequeña, tanto el Gobierno como el PP creen que “este es el momento oportuno”, tras las elecciones catalanas. Al fin y al cabo, el acuerdo alcanzado ya en un lejano julio del año pasado estaba listo al 90%, según difundió el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y sólo faltaba ya hacerlo público. En realidad, tal y como reconocieron a posteriori a la Cadena COPE en el Gabinete, a falta de dar traslado los populares un puñado de nombres. Sin embargo, a falta de horas para cerrar el pacto, todo saltó por los aires. Pedro Sánchez cambió entonces de estrategia y buscó forzar a Pablo Casado estampar su rúbrica a golpes de presión.

En esa intentona de doblegar al líder de los populares, Sánchez amenazó con legislar una rebaja de las mayorías necesarias para la elección por las cortes de nuevos vocales del Consejo General del Poder Judicial. Hubo de echar marcha atrás. A diferencia de Unidas Podemos, la órbita socialista del Gabinete descartó activar tal cambio de las reglas de juego ante la llamada de atención de Europa. El principal partido de la oposición se defendió con uñas y dientes. “A mí no me presiona nadie”, avisó Casado en un cara a cara con Sánchez en el hemiciclo, “y menos alguien como usted”. La persistencia de doblar el brazo al Partido Popular pasó entonces por emprender, vía cambio legal, la limitación de las atribuciones del órgano de gobierno de los jueces con mandato caducado y su trámite sigue ahora mismo activo en la cámara baja.

Todo eso y más estaría cerca de quedar atrás. La conversación de este pasado martes entre Pedro Sánchez y Pablo Casado habría servido para allanar el camino. “Hablaron de todo”, sostienen enigmáticos cercanos al Presidente. Sea como fuere, según concluyó La Moncloa, la llamada fue “constructiva”, en un cambio de tono al de otras ocasiones, cuando se cargaba contra el “bloqueo” del PP. En frente, Génova sólo informó de que su jefe de filas “ha reiterado sus condiciones para el reforzamiento de la independencia de los órganos constitucionales, la neutralidad de los medios públicos y el consenso para la reforma de la ley electoral”:

A partir de ahí, “manos a la obra”. En La Moncloa perciben un “giro” en Casado ante su actual situación compleja, una necesidad de pasar página a estos últimos días, “con anuncio incluido de un cambio de sede”, aducen, pero lo cierto es que tanto al líder del PP como al presidente del Gobierno les conviene ocupar una posición de centralidad firmando todo un pacto de Estado.