El baño de Fraga en Palomares, 55 años de una de las imágenes con más historia

Previamente a esta fotografía, el ejército estadounidense retiró alrededor de 1.400 toneladas de tierra

Madrid

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El 8 de marzo de 1966, hace este lunes 55 años, los fotógrafos tomaron esta fotografía en la que se ve al entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, junto al embajador de Estados Unidos, Angier Biddle Duke, en la playa de la localidad almeriense de Palomeras, donde pocos meses antes se produjo un accidente aéreo entre dos aeronaves estadounidenses.

A las 10:22 horas del 17 de enero de ese mismo año, sobre la costa de Almería, un bombardero estadounidense con cuatro bombas termonucleares realizó una maniobra junto a un avión nodriza para poder repostar en vuelo, pero un error en la operación hizo que ambas naves chocaran.

Como consecuencia siete tripulantes murieron y tres consiguieron salvarse. Los aviones quedaron destruidos y los restos cayeron, entre ellos las cuatro bombas atómicas que, según afirma el periodista Jesús Frías en su libro De Europa a Europa, eran capaces de provocar una explosión 75 veces más potente que la que destruyó Hiroshima.

La fotografía más esperada

La caída de esas bombas atómicas contaminó el agua y el terreno situado en la costa almeriense y la noticia de que España y esa zona del Mediterráneo en particular se estaban viendo afectadas por la contaminación radiactiva se extendió por todo el mundo. Esta noticia no era positiva para el país, ya que se encontraba en una época conocida como el 'Desarrollismo' debido al impulso que se le dio al turismo en España en la década de los 60 y a los ingresos que generaba.

Por esta razón, para no causar alarma y minimizar los efectos de la contaminación en el agua, Manuel Fraga y el embajador estadounidense decidieron bañarse tal día como hoy hace 50 años en la playa de Quitapellejos (Palomares) frente a varios fotógrafos que captaron el momento.

Previamente a esta fotografía, el ejército estadounidense retiró alrededor de 1.400 toneladas de tierra y restos vegetales que fueron transportados por mar a EE. UU. Sin embargo, pruebas realizadas entre 1998 y 2005 demostraron que no se llegó a retirar toda la tierra contaminada, que la contaminación residual era superior a la estimada y que fue la tierra la principal perjudicada y no el mar.

En octubre del año 2015, España y Estados Unidos firmaron una declaración de intenciones en la que se comprometieron a lograr una "rehabilitación mayor" del entorno de Palomares y al traslado de tierra contaminada a un "emplazamiento adecuado" en Estados Unidos.