GOBIERNO ARAGÓN
Azcón, de alcalde de Zaragoza a presidente de Aragón con el desafío de modular a Vox
Ainhoa García Mendaza
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Ainhoa García Mendaza
Después de una trayectoria política dedicada por entero al Ayuntamiento de Zaragoza, los cuatro últimos años como alcalde, el popular Jorge Azcón es desde este jueves presidente de Aragón y tiene ante sí el desafío de modular los postulados de Vox tras darle entrada en su gabinete ante la evidencia de que la aritmética parlamentaria hacía inviable su apuesta por un gobierno en solitario.
El PP ganó las elecciones el pasado 28 de mayo y Azcón se convirtió en el único candidato que podía sumar el respaldo necesario para ser presidente con los 28 diputados del PP más los 7 de Vox y dar el relevo al primer cuatripartito en Aragón, liderado por el socialista Javier Lambán.
Aunque trató de buscar un acuerdo con el partido de Santiago Abascal a la balear, para conformar un gobierno monocolor, una vez pasadas las elecciones generales ha acabado por ceder a las aspiraciones de Vox de entrar en el Gobierno con dos consejerías, una de ellas con rango de vicepresidencia, que ocupará el líder en Aragón, Alejandro Nolasco, ante el riesgo de que los aragoneses tuvieran que acudir de nuevo a las urnas, pero también ha alcanzado un pacto de investidura con el PAR para ampliar la base de su Gobierno.
Una vez cerradas las alianzas entre el PP y Vox en la Comunidad Valenciana, Baleares y Extremadura, le llegó el turno a Aragón, en su caso con un documento que no firmó Azcón, sino los portavoces parlamentarios de ambas formaciones, Ana Alós y el propio Nolasco, con ochenta puntos en buena medida de carácter ideológico, con compromisos como la derogación de la ley de Memoria Democrática de Aragón y la reforma de la ley autonómica de Identidad y Expresión de Género e Igualdad y no Discriminación, la supresión de "organismos ideológicos" como el Comisionado para la Agenda 2030, o el "cheque escolar".
La exclusión en ese acuerdo del trasvase del Ebro por el que apuesta Vox, y el empeño de Azcón de conformar un gobierno de amplia base, ha permitido al PP firmar un pacto de investidura con el PAR, hasta ahora el "clavico del abanico" para la formación de gobiernos en la Comunidad.
Hombre de partido, Azcón ha crecido en el PP desde la dirección regional de Nuevas Generaciones hasta llegar a la presidencia regional del partido hace menos de dos años, y aunque se resistió a anunciar su candidatura a la Presidencia de Aragón, quizá porque el Ayuntamiento ha sido siempre su zona de confort, el paso lo acabó revelando en una entrevista el líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, al anunciar que la candidata a la alcaldía sería una mujer.
Nacido en Zaragoza el 21 de noviembre de 1973, licenciado en Derecho y máster en Urbanismo por la Universidad de Zaragoza, casado y con dos hijos, Azcón aterrizó por primera vez en el Ayuntamiento de Zaragoza hace casi 24 años de la mano de Luisa Fernanda Rudi.
En este tiempo, ha estado al frente de la concejalía de Juventud y Personal hasta 2003, ha sido portavoz adjunto los cuatro años siguientes, y tras cinco años retirado de la primera línea política, entre 2007 y 2011, en los que trabajó en la empresa MRA especializada en viviendas de protección oficial, volvió a la política activa, de nuevo al Ayuntamiento de Zaragoza, donde asumió en 2015 la portavocía con el compromiso de ejercer una oposición "dura" y "constructiva" al gobierno de Zaragoza en Común liderado por Pedro Santisteve.
Fue en 2019 cuando cogió el bastón de mando del Ayuntamiento de Zaragoza tras unas elecciones que ganó la ministra en funciones de Educación socialista, Pilar Alegría. El PP fue la segunda fuerza en esos comicios con ocho concejales, el peor resultado desde 1991, pero Azcón logró la alcaldía gracias al acuerdo de Gobierno con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox.
Activo en las redes sociales y en sus comparecencias ante la prensa, en sus años como alcalde ha protagonizado polémicas como la petición sin éxito por los grupos de la izquierda de una comisión de investigación sobre presuntas irregularidades y tratos de favor en la demolición de un quiosco en el Parque Grande José Antonio Labordeta a favor de una de las empresas del que señalaban como "amigo íntimo" de Azcón, el constructor Juan Forcén.
Vehemente en sus intervenciones, extrovertido y cordial con sus compañeros en el Ayuntamiento, desde que asumió la presidencia del PP aragonés se convirtió en el azote de Lambán, con encontronazos a cuenta de varios proyectos urbanísticos y de vivienda en la ciudad, al identificarlo con el "sanchismo" e incluso acusarle, ocho días después de las elecciones, de estar en "rebeldía democrática" por no aligerar el traspaso de poderes a un Gobierno que Azcón ha tardado en dar forma más de dos meses.
Sobrado de experiencia municipal, sus oponentes políticos reconocen que es un político "de raza", su capacidad de trabajo y el control que tiene del ayuntamiento, pero también le acusan de "autoritario" y de buscar la confrontación y sostienen que ahora le toca demostrar su competencia en la política autonómica.