La esperanza de vida de la población española ha aumentado 9 años desde 1975. Los hombres viven más de 79 años y las mujeres 85 años, de media. El incremento de esta longevidad se explica por un avance en la supervivencia de los mayores de 65 años, porque la esperanza de vida a los 65 años ha crecido un 34% desde mediados de la década de los 70. Es una tendencia que continuará durante las próximas décadas. Mientras, vemos un dato que se contrapone: la participación en el mercado de trabajo entre los 55 y los 64 años es de un 55%, 6 puntos por debajo de la media de la OCDE. El problema se agrava aún más en la población española entre 65 y 69 años. Solo un 8% trabaja frente al 27% de la OCDE.

Alargar la participación laboral de los mayores de 50 años sería positivo para todos. En primer lugar porque alargas el periodo que los trabajadores contribuyen a las arcas públicas con sus cotizaciones incrementando los ingresos que te permitan afrontar el pago de las pensiones públicas, que ya suponen más de 12 mil millones de euros al mes y que además generan un déficit contributivo del sistema de 26 mil millones de euros.

Mejorar la sostenibilidad del sistema público de pensiones no es el único motivo. Aumentar la edad de jubilación en España también sería positivo para el tejido empresarial y para los trabajadores, porque aumentaría la productividad. Y es que las compañías que cuentan con pocos trabajadores de más de 50 años, pueden ver su productividad mermada hasta un 3%. Pero contar solo con trabajadores de edad avanzada tampoco sería bueno. “Las plantillas intergeneracionales son más productivas, porque la gente joven trae mayor conocimiento tecnológico, pero por otro lado, las habilidades más blandas las tienen la gente que lleva trabajando más tiempo y tienen más experiencias en el campo, por ejemplo de la negociación o tienen una visión estratégica más desarrollada”, explica Elisa Aracil, profesora de Economía de la Universidad de Comillas, ICADE.

Otro factor que justifica alargar la vida laboral de las personas es que mejora el funcionamiento cognitivo de los trabajadores. Te protege contra la demencia y retrasa la aparición de la enfermedad de Alzheimer en aquellos individuos que la padecen.

¿Cómo podemos prolongar la vida laboral en un país en el que muchos trabajadores desean jubilarse?

Existen tres formas de alargar la vida laboral de los trabajadores, sin necesidad de incrementar la edad de jubilación. Una de ellas es incentivar que los trabajadores de edad avanzada dilaten prolonguen su vida activa, facilitando por ejemplo la posibilidad de compatibilizar el trabajo y la pensión. También es importante aumentar su atractivo, “hacerles entender que son necesarios y que aportan”, cuenta Aracil.

En segundo lugar, es importante promover la contratación y la retención de los trabajadores senior: favoreciendo la diversidad generacional en la empresa, combatiendo el edadismo y adoptando fórmulas de trabajo y remuneración flexibles, como la conciliación y el teletrabajo.

Por último, resulta clave mejorar la empleabilidad fomentando todo tipo de acciones formativas. Porque los puestos de trabajo demandan tareas que cada vez necesitan analizar y comunicar más información, así como usar las nuevas tecnologías. Por eso es necesario incentivar a los empresarios a invertir en formación para sus empleados, identificar las necesidades formativas y diseñar servicios de orientación profesional específicos y promover el aprendizaje informal y reconcoer las competencias adquiridas en el puesto de trabajo.