AGRICULTURA PROTESTAS
Un grupo de los agricultores opta por pasar la noche en sus tractores en Barcelona
Una parte de los 2.000 agricultores que han llegado este miércoles a Barcelona para protestar por la situación del sector ha optado por pasar la noche en la ciudad dentro de las cabinas de sus tractores, pertrechados con sacos de dormir y calentándose en improvisadas fogatas.
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Una parte de los 2.000 agricultores que han llegado este miércoles a Barcelona para protestar por la situación del sector ha optado por pasar la noche en la ciudad dentro de las cabinas de sus tractores, pertrechados con sacos de dormir y calentándose en improvisadas fogatas.
Tras la reunión mantenida esta tarde en el Palau de la Generalitat con el presidente catalán, Pere Aragonès, y el conseller de Acció Climàtica, Alimentació y Agenda Rural, David Mascort, los agricultores se han dirigido hacia sus vehículos, aparcados en el centro de la ciudad, para decidir junto a sus compañeros si se quedaban en Barcelona o se marchaban, en unas asambleas territoriales que están aún en marcha.
No obstante, el grueso de los agricultores consultados por EFE eran partidarios de pasar la noche en Barcelona para aprovechar el eco conseguido con la protesta, aunque había dudas sobre cómo continuar la jornada de mañana, para que no se convirtiera meramente únicamente en un viaje de regreso y sirviera para dar continuidad a la movilización.
De hecho, a la salida de la reunión con el Govern, que ha empezado pasadas las 18 horas y ha durado una hora y media, se han escuchado mayoría de gritos a favor de quedarse a pasar la noche en Barcelona. "No marxarem" (No nos marcharemos), coreaban una parte de los concentrados, aunque portavoces de los organizadores de la protesta pedían también comprensión y solidaridad para quienes decidieran volver esta noche por cuestiones familiares o laborales.
Pasadas las 21 horas, un grupo de unos 60 agricultores del Bages empezaba a debatir en asamblea qué hacer, aunque la mayoría de ellos eran partidarios de quedarse, según los testimonios recogidos por EFE.
Entre tanto, preparaban una barbacoa en un barril de metal cortado por la mitad, aprovechaban las llamas del fuego para calentarse y ponían música para amenizar la pausa tras una larga jornada de reivindicación.
También en ese grupo, situado en la Gran Via de Barcelona con sus tractores, había sacos de dormir y mantas para pasar la noche en las cabinas de los vehículos.
Los agricultores de Girona optan por marcharse
Sin embargo, en las proximidades, había otro grupo de agricultores y ganaderos de Girona, formado por más de 400 tractores, entre los que predominaba la idea de arrancar motores y emprender esta noche el camino de vuelta para poder atender mañana al ganado.
Enric, un ganadero de Ripoll, que tenía su tractor en la calle Aragón, clamaba por que las protestas tuvieran utilidad: "Hemos venido aquí para conseguir algo, no para marcharnos. La intención es salir de aquí con algo claro. Nos tenemos que quedar hasta el final, cueste lo que cueste. Si me marcho sin nada, seguramente lo dejo, porque esto es insoportable", explicaba a EFE.
En el caso de Genís, un agricultor de Os de Balaguer, la protesta iniciada ayer y llevada hoy a Barcelona, debe tener continuidad.
"Si nos tenemos que quedar para tener el tractor aparcado, para que la gente lo mire y mañana por la mañana marcharnos, prefiero marcharme ahora. Sí nos quedamos para mañana seguir protestando, sí. Para hacer el tonto, no me quedo", aseguraba.
Y explicaba su malestar con los sindicatos: "Se han convertido en gestorías. Hace mucho tiempo que no trabajan para nosotros. Protestan dos veces al año, nos consiguen algo para que estemos tranquilos y ya está. Cuando yo empecé, hace más de 20 años, los sindicatos daban guerra y conseguían cosas".
Otro partidario de mantener la protesta era Albert, un agricultor de Guissona (Lleida).
"Nos tenemos que quedar, por que si no, no nos escuchan", aseguraba a EFE, y añadía: "Yo me quedaré. Vamos preparados, Sabíamos que se podía alargar. Si tiene que alargar, se alargará. Tenemos sacos, comida y bebida. Si hay que dormir en la cabina, dormiremos allí, o al lado de una hoguera", confesaba.
Un sentimiento generalizado entre los concentrados era el malestar por la burocracia que deben afrontar tras su larga jornada laboral, un ámbito en que sí creen que la Generalitat puede ayudar.