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Rosa Díaz
Treinta y cuatro años ha tardado Pedro Costa, uno de los cineastas más prestigiosos de Portugal, en estrenar en España "La sangre" (1989), su primera película, que llegará a las salas el próximo 24 de febrero en un nueva versión restaurada en 4K.
"No es tan extraño que haya tardado tanto -ha argumentado este viernes el director en una entrevista con EFE-. Muchísimas películas portuguesas no se estrenan en España, y en Portugal el único español que estrena es Almodóvar".
En su opinión, no se trata de falta de comunicación entre España y Portugal, sino que es una anomalía que afecta a toda Europa y que va "de mal en peor".
"No existe una industria cinematográfica europea, solo un frágil comercio que permite circular tres o cuatro películas al año", ha asegurado, y ha añadido que "no es un problema solo del cine, es de la economía. Solo hay que ver como ahora, con el tema de la inflación, todo parece todavía más imposible y todos los sectores son más conformistas".
"Ya no es una cuestión de arriesgar, porque no tiene tanto riesgo estrenar una pequeña película en unos pocos cines, sino que el mundo es cada vez más cerrado, más complicado e incluso más corrupto", ha sentenciado.
A pesar de todo, "por un cúmulo de circunstancias, que se han apoyado unas en otras", el público español tendrá por fin la oportunidad de ver en pantalla grande "La sangre", una obra esencial del cine portugués, que Costa dirigió con 29 años de edad y que reúne ya muchas de las constantes que desarrollará posteriormente en largometrajes muy reconocidos, como "Vitalina Varela" (2019), premiada en los festivales de Locarno y de Gijón, y "No Quarto da Vanda" (2002), premiada en Cannes.
Una de las circunstancias que han permitido el estreno es "el movimiento de recuperación de películas que hay ahora", según Costa.
"El proceso de restauración digital es bastante eficaz y eso ha llevado a que las distribuidoras vean una oportunidad de negocio en la reposición de grandes clásicos y de pequeñas películas, como la mía", ha agregado.
"La sangre" es "una película un poco especial", según su autor, que en aquella época estaba buscando sus "centros de interés".
"Tuve la suerte -continúa- de que en la segunda o tercera película encontré la manera de hacer cine y mi propia solución a los problemas de organización, que siempre me ha dado más dolores de cabeza que los artísticos".
En sus siguientes filmes, centrados principalmente en la comunidad caboverdiana, van desapareciendo progresivamente los actores profesionales, se reduce el equipo y el presupuesto y aumenta el tiempo de rodaje.
"En el cine hay mucha mistificación, mucha injusticia y mucha jerarquía -afirma Costa-. Parece que es necesario un gran equipo con técnicos muy especializados, como si fuera la NASA, pero yo prefiero trabajar con un equipo pequeño, de cuatro personas, en el que todos cobramos lo mismo".
"Como somos pocos, podemos dedicar más tiempo al rodaje, que puede ser de seis meses o un año, no hay patrones, y es así como conseguimos ciertas cosas que no se podrían conseguir de otra manera, y que se reflejan en la película", confiesa.
Esta manera de trabajar ha dado lugar a una filmografía con una marcada personalidad, en la que todas las películas están relacionadas entre sí.
Un vínculo que se ha podido apreciar en la retrospectiva que le ha dedicado este mes la Filmoteca de Cataluña y en la exposición que todavía se puede visitar en La Virreina de Barcelona.
"Han coincidido varias cosas y he tenido un pequeño foco español, que está siendo simpático e interesante y que me ha permitido encontrarme con un público joven que no conocía", ha explicado.
La exposición de La Virreina le ha permitido también avanzar en su futuro trabajo, ya que no se ha limitado a recuperar imágenes antiguas, sino que ha creado nuevas, algunas de las cuales formarán parte de una próxima película, en la que sigue profundizando en la comunidad caboverdiana, esta vez a través de la música.