CINE SEMINCI

Panahi lleva a Seminci la falta de libertad del régimen iraní en "No bears"

Roberto Jiménez

Agencia EFE

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Roberto Jiménez

Un alegato contra la falta de libertades en Irán y la disección de un país excesivamente aferrado a tradiciones que en ocasiones lastran el progreso condensan "No bears", la aplaudida película que Jafar Panahi ha estrenado este miércoles en el festival de cine de Valladolid.

EL CINE, UNA VENTANA DE LIBERTAD

Desde el pasado julio Panahi (Mianeh, Irán, 1960) cumple los seis años de prisión a que fue condenado en 2010 bajo la acusación de atentado contra la seguridad nacional y propaganda contra el régimen, a raíz de su participación en el sepelio de una joven activista iraní asesinada durante las protestas por presunto fraude electoral en los comicios de 2009.

Ni las sucesivas condenas, tampoco las torturas, amenazas, censuras y prohibiciones de conceder entrevistas, rodar y salir fuera de su país, han mermado su filmografía durante estos trece años, con cinco títulos cuyo último eslabón ("No bears"), ha presentado en España tras recibir en Venecia el Premio del Jurado.

Ha recurrido para ello a una pirueta narrativa donde el propio Panahi se interpreta a sí mismo y se autodirige: forma parte del elenco de un filme donde superpone realidad y ficción para configurar un argumento que en buena parte describe el acoso y derribo a que él mismo ha sido sometido en su país.

Con esta peculiar caligrafía audiovisual, Panahi no pretende esconderse o burlar la censura, sino narrar y, en todo caso, exponer la realidad de un país que, a la luz de acontecimientos de plena actualidad, da la razón al director iraní y proyecta matices de documental a lo que es un metraje de ficción.

En "No bears" el propio Panahi se introduce como actor dentro de un filme que le sitúa en un pueblo cerca de la frontera entre Turquía e Irán donde, en su papel de director, rueda de forma online una película localizada a unos kilómetros más allá de su improvisado lugar de residencia, del que apenas sale si no es para capear los recelos de un vecindario poco acostumbrado a este tipo de visitas.

Dos historias de amor truncadas: una por trabas de índole político y religioso, y otra a causa de una remota tradición que asigna a las mujeres un casamiento desde el mismo momento de su nacimiento, sazonan este peculiar puzle cuya aparente complejidad queda diluida merced a un esquema narrativo perfectamente delimitado.

MÁS CENSURAS

Además de Panahi, que en 1997 estrenó en Seminci su primera película ("El globo blanco") y en 2003 ganó la Espiga de Oro del festival ("Crimson gold"), ha concursado este jueves el realizador chino Li Ruijun con "Return to dust", un largometraje que ha tenido problemas con la censura en China por mostrar la pobreza y decadencia del medio rural, y también la especulación urbanística.

Aferrados a la tradición, a la agricultura como sustrato de una economía de autoabastecimiento, sin apenas intermediarios, un matrimonio encuentra en el campo todo lo que precisa para ser feliz: la tierra para alimentarse y construir su propia casa, lejos de necesidades artificiosas y superfluas.

En la misma línea de otros directores chinos como Zhang Yimou y Wang Quan'an, que en ediciones precedentes han presentado sus trabajos en el festival de Valladolid, Ruijun se recrea en una espléndida fotografía con encuadres fijos que incorporan a la naturaleza como un protagonista más del elenco.

Es el sexto largometraje de Ruijun, rodado en su región natal de Gaotai, con una exquisita sensibilidad acrecentada por la sobriedad, contención y finura de matices de los personajes, que hablan más con la mirada y los gestos que a través de las palabras.

LA VISIÓN DE LA MUJER EN EL CINE ASIÁTICO

Una visión de la mujer desde la perspectiva del cine asiático ha brindado sobre su país la directora indonesia Kamila Andini en "Before, now & then", la tercera y última película que ha competido esta jornada en la Sección Oficial de la 67ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

Libre y valiente, aunque consciente del precio que conlleva, es Nana, la protagonista de la cuarta película de Andini, ambientada en la Indonesia de finales de los años sesenta del pasado siglo, una mujer que en su pasado y presente refleja también la evolución política y social del país, otra de las aportaciones del filme.

Tras perder a su familia en la guerra de Java Occidental, Nana se casa de nuevo, ahora con un marido rico más mayor que él, que le es infiel y a quien debe sumisión, hasta que la amistad con la amante de su esposo y un incidente inesperado dan un vuelco a su vida.

"Es la historia de mi abuela. Al igual que a la protagonista (Nana), todo eso le ocurrió a muchas mujeres en aquella época", ha explicado Kamila Andini (Yakart, Indonesia, 1986), durante una rueda de prensa online al término de la proyección.