CÓMIC HALLOWEEN
Ambientes góticos, clásicos y renovados, para un Todos los Santos ilustrado
Sergio Andreu
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Sergio Andreu
La ambientación gótica es un recurso gráfico que funciona muy bien y que cuando llegan estas fechas reaparece, fantasmal, en los escaparates de las librerías, ya sea con clásicos ilustrados como "Sleepy Hollow" o nuevas propuestas que se nutren de esas mismas atmósferas que combinan suspense y terror.
Hay historias que por muchas veces que se cuenten o que se adapten, de una forma más o menos libre, mantienen su atracción para los amantes de las sombras y de los ambientes tenebrosos, y ahí, en esa cumbre, se sitúa "La leyenda de Sleepy Hollow", de Washington Irving, de la que la editorial Nórdica acaba de publicar una edición ilustrada a manos de Idoia Iribertegui.
La dibujante navarra (Pamplona 1973) se acerca a este relato escrito por Irving en 1820 sobre el Jinete sin cabeza que aterroriza a los habitantes de un pequeño y apartado pueblo en la coste este de EEUU, y lo hace con un estilo espectral, a la vez que naif, ilustraciones que parecen estar recubiertas del hollín de las chimeneas de la época o de la niebla de los bosques por los que el caballero galopa a caballo con la cabeza en las manos.
Por su parte, el historietista extremeño Borja González (Badajoz, 1982) acaba de presentar "El pájaro y la serpiente" (Reservoir Books), tercera entrega del ciclo bautizado como "Las tres noches", iniciado en 2018 y que completan "The Black Holes" y Grito nocturno", en un conjunto de historias conectadas de forma muy liviana.
González -reciente Premio Nacional de Cómic- plantea una claustrofóbica historia protagonizada por un grupo de mujeres y un niño atrapados -o encerrados voluntariamente, nada queda claro en estas viñetas- en un palacio rodeado por un extraño bosque y un lago malsano, a la espera de la llegada de sus esposos y padres, ausentes por una larga cacería.
Unos personajes mortificados, casi evanescentes, atados por cadenas invisibles a tradiciones y ritos dinásticos, sólo sugeridos, que ni ellas mismas parecen entender, un relato asfixiante que descoloca por lo ambiguo de lo que cuenta, ubicado además en un tiempo inasible pero que transpira romanticismo adolescente, y que a la vez parece cuestionar los roles asignados a las mujeres.
También de asuntos de una saga poco convencional va "Los secretos de Heap House" (Blackie Books), uno de los mejores libros del año para "The New York Times", que ha alabado la "salvajemente" originalidad de esta "fantasía urbana" escrita e ilustrada (al viejo estilo decimonónico) por el británico Edward Carey (North Walsham, 1970).
Primer tomo que Carey dedica a los Iremonger, una familia que vive en una gran mansión del Londres de 1875, una construcción laberíntica y lúgubre donde habitan unos personajes que se rigen por reglas extrañas: están obligados a casarse en edad adolescente y a custodiar cada uno un objeto que recibe al nacer.
Inquietante punto de partida narrativo para un libro que, como todos los publicados por Blackie Books, ofrece una cuidadísima edición que hace que tenerlo en la manos, y recorrer con las vista la portada y la contraportada y hallar los secretos que ocultan sus páginas, sea una propia experiencia en sí.
De brujas buenas y no tan buenas y con un trasfondo de toque medioambientalista va "La maldición de la sal" (Sapristi), de la pareja Hope Larson y Rebecca Mock, una fábula fantástica sobre el paso del tiempo y el apego a la tierra, protagonizada por una niña que debe romper el hechizo que una extraña dama de blanco ha lanzado contra la fuente que suministra a la granja de su familia, con el que logró el Premio Eisner 2022 a mejor novela gráfica juvenil.
En una onda bastante alejada de la paleta del catálogo gótico se desenvuelve el Doctor Horror, un investigador del inframundo, quien acompañado de su hija Crepúsculo -o Niña Halloween- forman parte del retablo de los personajes que pueblan los "Nocturnos" (Norma) de Dan Brereton -volumen uno de dos-, compilación de algunas de la mejores historias del creador californiano (1957), entre las que se encuentran "Planeta negro" o "Cabezas de calabaza".
Los fantasmas son otro recurso temático clásico para Todos los Santos/Halloween, de hecho, son el eje central sobre el que pivota la tradición de las ánimas, de sus miedos y sus creencias, y que guste o no al yo racional, forma parte de la sociedad, y a estos entes espirituales está dedicado "La vida secreta de los fantasmas" (Lunwerg) de María Leach, con ilustraciones de Berta Llonch.