Vidal Tapia, cardiólogo: "La forma de valorar ahora el colesterol en los pacientes es superficial y omite claves del diagnóstico precoz"

El control del nivel de colesterol en sangre es fundamental para prevenir enfermedades coronarias, aunque a veces podría no ser suficiente para detectar el verdadero riesgo cardiovascular

HLA Clínica Montpellier

El doctor Vidal Tapia, cardiólogo de la HLA Clínica Montpellier

Agencia EFE

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El control del nivel de colesterol en sangre es fundamental para determinar la salud cardiovascular del paciente y prevenir enfermedades coronarias.  Sin embargo, es posible que los análisis de sangre convencionales podrían no ser suficiente para detectar el verdadero riesgo cardiovascular.

  Así lo considera el doctor Vidal Tapia, cardiólogo de la HLA Clínica Montpellier, que alerta de que "la forma en la que se valora el colesterol en los pacientes es demasiado superficial y deja fuera elementos clave para un diagnóstico precoz de patologías cardiovasculares", por lo que recomienda la inclusión del perfil lipídico completo en los análisis de sangre rutinarios.

Recuerda que el colesterol es esencial para el organismo, ya que participa en la producción de hormonas, en la digestión (al formar parte de  los ácidos biliares) y en la estructura de nuestras células. Sin embargo, el exceso de colesterol puede ser muy dañino”, insiste.

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¿cómo son las analíticas ahora y cómo deberían ser?

En los análisis rutinarios, generalmente realiza la evaluación lipídica al colesterol total; al HDL, popularmente conocido como 'colesterol bueno'; al  LDL, el denominado 'colesterol malo' (aunque no todos los subtipos de LDL son igual de perjudiciales) y a los triglicéridos.

Además, el doctor explica que es habitual recurrir al llamado índice aterogénico, que se calcula dividiendo el colesterol total entre el HDL. Si este valor es inferior a 5, se suele considerar normal, empleando expresiones como "colesterol alto, pero compensado", algo que, según el cardiólogo, se repite con frecuencia y no es del todo correcto.

 A su juicio, esta visión resulta insuficiente. "El análisis lipídico es mucho más complejo y, si no miramos bien, es imposible tratar bien”, afirma. Así, considera que es fundamental incluir en los estudios parámetros más precisos y reveladores como la apolipoproteína A1 (Apo A1), la apolipoproteína B (Apo B) y, especialmente, la lipoproteína (a), cuya medición es clave para una valoración real del riesgo cardiovascular.

"Este factor está elevado en aproximadamente el 20% de la población. Si el valor es normal, no haría falta volver a medirlo más, explica. Pero en los casos en los que está alto, ofrece información importante para tratar al paciente y descubrir a familiares que también la tienen elevada, tratarles adecuadamente y prevenir muchos eventos cardiovasculares".

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¿QUÉ ES LA LIPOPROTEÍNA?

La lipoproteína (a), o Lp(a), es una partícula del colesterol LDL unida a una apolipoproteína (a), que la convierte en una sustancia significativamente más dañina para las arterias: se estima que es hasta seis veces más perjudicial que el colesterol LDL.

   Según el doctor Tapia, su presencia en niveles elevados (más de 180) representa un riesgo cardiovascular equiparable al de la hipercolesterolemia familiar. A pesar de su impacto, la Lp(a) no suele incluirse en los análisis estándar, lo que, en opinión del especialista, representa una grave omisión.

“Aunque no puede reducirse con dieta ni ejercicio, y los tratamientos habituales como las estatinas no la afectan, conocer su valor es esencial para calcular con precisión el riesgo cardiovascular y tomar decisiones clínicas más eficaces; incorporar esta medición al menos una vez en la vida permitiría detectar casos de alto riesgo”, afirma. Su nivel está determinado en un 90% por la genética y solo puede reducirse ligeramente con fármacos muy específicos de uso restringido que se administran por vía subcutánea.

 Para el doctor Tapia es perfectamente posible tener unos niveles normales de colesterol (LDL y HDL), pero un riesgo cardiovascular muy alto debido a la Lp(a) y a otras partículas como la Apo A1 y la Apo B. “Estos indicadores pueden mostrar un riesgo mayor del esperado y predecir eventos cardiovasculares graves con más precisión que con los análisis clásicos”.

El doctor también destaca que los triglicéridos, otro componente del perfil lipídico, suelen estar infravalorados, siendo también muy importantes.