TOROS | Escaso público en la Monumental
Ferrera y Fandiño triunfan en Valencia
Dos solventes faenas de Antonio Ferrera e Iván Fandiño les valió para salir a hombros en el primer festejo de la feria venezolana de la Virgen del Socorro de Valencia. El local El Califa de Aragua evidenció su escaso rodaje.
Iván Fandiño y Antonio Ferrera en su salida a hombros en Valencia (Ven). RDV
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Valencia (Venezuela), viernes 15 de noviembre de 2013. 1ª de feria. Menos de un quinto de plaza. Cuatro toros de San José de Bolívar y dos de La Cruz de Hierro, discretos de presencia, el más noble y completo el corrido en 5º lugar, noble, el resto ha sido mansurrones y a menos en la muleta. Antonio Ferrera, silencio y dos orejas. Iván Fandiño, silencio y dos orejas. El Califa de Aragua, palmas y silencio.Noche calurosa la que ha tenido lugar, en la que se ha lidiado un encierro parcheado de la vacada venezolanas de San José de Bolívar, que ha lidiado cuatro ejemplares, y dos de La Cruz de Hierro, en su conjunto discretos de presencia, destacando la nobleza de los lidiados en 4º y 5º lugar, que se han dejado del resto que ha evidenciado una marcada mansedumbre y escaso recorrido.La corrida ha tenido un claro desarrollo de interés a partir de la lidia de mitad de festejo. Antes del ecuador de la corrida, esta había sido un soponcio de mansedumbre y poco de resaltar, a tenor de la solvencia para resolver las vicisitudes de los mansos de Jerónimo Pimentel presentados y que en la previa habían sido rechazados parte de estos por escaso trapío, sin ser los que han salido un dechado de trapío.Pero con el «cruzdehierro» cuarto Ferrera se ha deleitado en torearlo por verónicas meciendo el engaño lo que ha abierto la brecha para que en banderillas cumpliera el tramite sin mucha exposición, donde pasó trago amargo el banderillero Enrique Herrera, el cual fue volteado en la boca del burladero de matadores.Luego en la muleta, descubriría virtudes el veterano extremeño tras bajarle la mano en los prolegómenos de labor, para relajado, hombros caídos, y corriendo con gusto la mano, se decantara por la mano izquierda, ejecutando tandas de tres y cuatro muletazos de profundo mensaje, cerrado en tablas. Bastaría esto para colocar de acuerdo a los presentes y elevar el nivel de la función. El certero espadazo, ligeramente trasero y desprendido die pie a la petición de los apéndices, que el palco, presidido por el Ing. Cesar Sánchez, excedió en premiar con las dos orejas.La otra faena de interés de la noche tuvo nota en las manos de Fandiño, torero que a primeras se las vio con un violento jabonero claro que poco le dejo estar a gusto. Se justificó el torero por ambos pitones, despachándole de pinchazo, tres cuartos de espada desprendidos y dos descabellos.Con el quinto, entregado fue el saludo por verónicas, en lances ganándole terreno, para rematar con media, de cartel. Cuidado en varas le pasó en banderillas con ligereza, para en los medios iniciar labor muleteril cambiándole por la espalda, impertérrito, haciendo un clamor la plaza. Luego con la derecha se hizo de la embestida noble, con recorrido que aprovechó el espada, mandando y templando, para cincelar una actuación de mérito que reunió temple, mando y disposición. El espadazo contrario, entero y desprendido le valió la concesión de las dos orejas.Hassan Rodríguez ha tenido una noche de claroscuros. Su primero fue animal que no le puso fácil la papeleta, ante las remolonas y cortas embestidas del burel que cupo en suerte. La voluntad y entrega del torero hizo que le aprovechara algunas arrancadas cerrado en tablas, para sacar partido al máximo de lo que tenía el toro. Su poco eficaz ejecución de la suerte suprema le hizo perder lo que pudo haber sido un apéndice.Con el que cerró plaza no tuvo opción alguna ante el amoruchado ejemplar de Echenagucia que despachó, animal que se paró en los medios y llevo en el camino irresoluto de la inactividad al espada en mención. Fue silenciado.