Se lo dice habitualmente la popular Isabel Bonig a la bancada del tripartito: una cosa es estar en la oposición pidiendo el oro y el moro, y otra muy distinta gobernar. Y es lo que le está pasando al gobierno valenciano ahora que en Madrid también gobierna el PSOE.Ayer tarde en el Senado y esta mañana en el Congreso, el flamante presidente Pedro Sánchez ha dicho que no se puede reformar la financiación autonómica y que la retrasa más allá del 2020.Una declaración que supone un torpedo en la línea de flotación del acuerdo del Botánico.De hecho, dos de los tres socios, Compromís y Podemos, insisten en que hay tiempo de sobra y que sólo es cuetión de voluntad política.Desde las filas socialistas, el portavoz parlamantario Manuel Mata, defendía como podía a Sánchez, culpaba al PP del retraso acumulado, y argumentaba que el ejecutivo actual no hace promesas que luego generan frustración.