De colegio marginal a Premio Nacional a la Mejora del Ã?xito Educativo

El colegio Ramiro Soláns de Zaragoza tenía fama de ser un centro con gran tendencia al fracaso escolar. La directora del centro, Rosa Llorente, asegura que han cambiado gracias a "ejercicios de meditación y concentración".

Pues dar la vuelta a la  tortilla.  Y eso es lo que han hecho en el colegio Ramiro Soláns de Zaragoza. Su fama era pareja al fracaso escolar que acumulaban sus alumnos, tan solo un 5% de aprobados, y así durante más de una década hasta que el cambio en la metodología ha llevado a este centro escolar a que el porcentaje de aprobados llegue al 75%.

El Ramiro Soláns cuenta con 200 alumnos, la mayoría de etnia gitana e inmigrantes que viven gracias a las ayudas sociales. Gracias al proyecto que han llamado "Entre Todos" que implica a profesores, alumnos y padres, este colegio ha conseguido reducir el absentismo en un 70%. Reducir del 30% al 7% los problemas de conflictividad y sobre todo que estos niños, tan vulnerables, tengan una educación de calidad.

Desde hace cuatro cursos, "trabajamos la atención plena a través de ejercicios de meditación, a través de una serie de rutinas y esa formación progresiva les permite que en momentos de conflicto puedan acudir a lo que se les ha enseñado para evitar el conflicto. Hace muy poquito en el recreo había un niño pequeñito de Infantil, que trabajan de una manera muy intensa la calma, meditando y los demás no se enteraban de nada y él buscaba la calma, y ponerse verde, como el monstruo de colores" explica  Rosa Llorente, directora del Ramiro Soláns, que ha recibido muchos premios por este proyecto, el último el Premio Nacional a la Mejora del Éxito Educativo 2016.