Osasuna está gestionando el final de temporada de una manera desastrosa. El club y sus proveedores de viajes no han reaccionado hasta el día de hoy para ofrecer la posbilidad de que los aficionados acompañen al equipo. Los capitanes rojillos han tomado la iniciativa de premiar a una afición que les ha ayudado hasta ahora y que ha estado a mayor altura que el equipo. El club navarro, debido a la tardanza de su reacción, está pendiente de decidir cómo reparte las 600 entradas que quiere repartir entre sus socios. Es el momento de ver cómo lo hace y si hay aficionados que ya habían adquirido una que puedan quedar perjudicados. Además, Osasuna ha fletado autobuses a Barcelona, haciendo la competencia a la empresa que lo había ofretado inicialmente y que había dado el paso de apoyar al equipo.