El Padre Laya, como era conocido, había nacido en Huérteles (Soria), y llegó a la ciudad de Ávila en 1975, apenas dos años después de su ordenación. Aquí permaneció casi cuarenta años, hasta 2014. Poco después, volvería ya enfermo a la que había sido su casa en esas cuatro décadas, para cuidarse y recibir el cariño de sus vecinos hasta el mismo día de su muerte.

Durante este tiempo, el Padre Laya ha dejado una profunda huella entre quienes le conocieron. Párroco durante mucho tiempo de la parroquia de Santo Tomás, y Prior durante otros tantos años en el convento dominico del mismo nombre, será siempre recordado por su afabilidad, su don de gentes, y su gran capacidad comunicativa. Capellán en el Colegio Milagrosa (de las Hijas de la Caridad), sus alumnos le recuerdan hoy con cariño, destacando la buena labor que realizaba acercando el Evangelio a los Jóvenes. Una inquietud que fue siempre la constante en su vida pastoral, y que le llevó a promover los grupos juveniles del CAST de Santo Tomás (que crearon una verdadera comunidad fraterna entre los numerosos chicos y chicas que participaban de ellos). También la puesta en marcha hace más de 20 años de la emisora parroquial amateur Radio Veritas, concebida como punto de información, pero también como punto de encuentro entre los jóvenes.

La capilla ardiente del Padre Laya se encuentra instalada en la Sala Berruguete, del Real Monasterio de Santo Tomás. Mañana viernes recibirá cristiana sepultura en el cementerio de Ávila, previa celebración de las exequias que tendrán lugar a las 11:30 horas en el citado templo de Santo Tomás. Descanse en Paz.