El debate de los candidatos a la Secretaría General del PSOE ha puesto de manifiesto que la aspiración de  cada uno de ellos es imprimir a su partido un “giro a la izquierda”, pero ninguno termina de definir qué significa eso. Por tradición, la izquierda se distinguiría por su inclinación a la justicia social a partir de una redistribución de la riqueza para beneficiar a las clases menos favorecidas. El problema es que estos tiempos de crisis, no se dispone de riqueza para distribuirla y de nada sirven los viejos esquemas de bienestar social ni menos aún la ambición de apropiarse de todos los servicios públicos porque tampoco hay suficientes recursos económicos para mantenerlos.Durante la época de Zapatero se disfrazó la ausencia de ideas mediante el recurso de endeudarse y gastar lo que no se tenía hasta llevar al país a una ruina que tardaremos mucho tiempo en pagar. Pero ahora que el centro- derecha no ha tenido más remedio que aplicar una política de austeridad, el único recurso que le queda a la izquierda es salirse de todos los esquemas de sensatez y prometer poco menos que la luna. Es lo que ha hecho “Podemos” un partido radical en el que, al parecer, se quieren mirar como si fuese un espejo mágico los jóvenes candidatos socialistas cuando hablan de “más socialismo” o “más izquierda”. Si ese es el camino que piensan seguir  Sánchez y Madina en su pugna por el poder, es de esperar que tengan pensado algo para estimular la economía y hacer posible desde la subida de salarios y pensiones hasta la bajada del paro y los impuestos. Porque  lo que hizo su partido cuando estaba en el poder fue justamente todo lo contrario, después de endeudar a todos los españoles hasta las cejas.