Carmen Muñoz, coordinadora de los grados de educación del CEU, que en su sede de Castellón forma a cerca de trescientos futuros maestros, asegura que San José de Calasanz “fue uno de los pioneros que creía en la escuela pública, es decir, para todos, y en la educación del niño como niño”. Por su parte, las Escuelas Pías de Castellón celebrarán a su fundador el viernes con un programa religioso, lúdico y deportivo.   La jornada ha comenzado con la celebración de una misa, seguida por la conferencia del catedrático y fundador de los colegios diocesanos de Valencia, Remigio Beneyto Berenguer, sobre la responsabilidad de los padres en la asignatura de religión. El ponente ha afirmado que el descenso de inscripciones en esta materia durante la última década se debe más a la falta de convicciones religiosas de los padres que a las dificultades de una deficiente aplicación de la ley y acuerdos con la Santa Sede.   Por ello insiste en la necesidad de la coordinación entre escuela, familia y parroquia para asegurar una educación humanista de los alumnos, más allá de los meros conocimientos técnicos y utilitaristas, y que tome como modelo a Cristo. Después de la ponencia se ha hecho la entrega del Premio San José de Calasanz, que con esta  segunda edición reconoce e impulsa la excelencia de los estudiantes. Los mismos alumnos han organizado una comida solidaria para recaudar fondos que se donarán a la asociación Aldeas Infantiles.   José de Calasanz fue un sacerdote, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa y de las Escuelas Pías. Nació en Peralta de la Sal (Huesca) el 31 de julio de 1557 y murió en Roma, el 25 de agosto de 1648. Se le considera como uno de los fundadores de la pedagogía moderna.