A pesar de las presiones de la Junta de Andalucía y de su falta de colaboración, la juez Alaya sigue la instrucción del llamado caso de los Eres falsos. La Guardia Civil denunciaba hace unos días el obstruccionismo del Ejecutivo social-comunista. En las últimas horas Alaya ha imputado a la exministra Magdalena Álvarez y a 16 personas más que ejercieron altas responsabilidades en el Gobierno andaluz. Entre los imputados está Manuel Gómez, el que fue interventor de la Junta, que explicó en su momento ante la Comisión de Investigación cómo había avisado a Griñán de las irregularidades que se estaban cometiendo en la Consejería de la que era responsable. Todo indica que esas irregularidades se siguieron cometiendo cuando Griñán accedió a la presidencia. Cuando el proceso judicial concluya conoceremos la dimensión del caso de los Eres falsos. Pero hay indicios de que puede ser el mayor caso de corrupción de la historia de la democracia. No solo se introducían intrusos en los expedientes, se había creado un fondo de reptiles supuestamente dirigido a paliar las consecuencias del desempleo, que en realidad sirvió para otorgar prebendas políticas, posiblemente financiar actividades sindicales y financiar vicios privados. Cada vez es más evidente por qué ha anunciado su retirada Griñan. Cada vez se entiende menos cómo Izquierda Unida apoya a un gobierno bajo sospecha.