Bárcenas declara hoy ante el juez Ruz en la Audiencia Nacional por sus cuentas en Suiza. El magistrado va a intentar precisar el origen de hasta 22 millones de euros que obraron en poder del extesorero del PP. La declaración de Bárcenas se produce cuando algunas encuestas reflejan datos muy preocupantes. El Barómetro del Instituto El Cano, que conocimos la semana pasada,  refleja que una buena parte de los españoles pensamos que nuestro país es más corrupto que China y que Marruecos. El caso Bárcenas, la porquería que ha levantado, los casos de Cataluña y de los ERES andaluces, y muchos otros más, indican que durante un tiempo en torno a la vida política española hubo graves irregularidades. Pero de ahí a pensar que España es peor que China hay un gran trecho. Ese dato supone una seria perturbación de la percepción de la realidad. Quizás haya que repetir lo esencial: España es un Estado de Derecho, las libertades están tuteladas, los casos de corrupción son una excepción y no como en China, donde son el entramado del sistema. Quizás lo peor no sea la corrupción, sino el escepticismo que generan los corruptos que han puesto en marcha un ventilador de porquería que algunos difunden sin verificar, para vender más o para conseguir más audiencia.