El primer debate de la campaña electoral andaluza, que se saldó con la sorpresa de encontrarnos con una nueva imagen del candidato del Partido Popular, Juan Manuel Moreno, ha cambiado el tono de un proceso electoral en el que toda España se mira. Las encuestas dan como vencedor del debate al candidato del Partido Popular frente a una Presidenta de la Comunidad Autónoma que basó toda su argumentación en la corrupción, de la que nadie está libre, pero menos aún el PSOE en Andalucía. La mayoría de los sondeos apuntan además a que la percepción de la audiencia sobre quién fue el candidato que propuso mejores soluciones fue también el popular.En las elecciones andaluzas se está midiendo el tono de lo que va a ser el año político en nuestro país. Sería deseable que la campaña discurriera por los cauces del juego limpio y que no se repitieran casos como el de hacer públicos los datos del colegio de los hijos del candidato del PP. Cada vez es más necesario, ante fenómenos que pretenden desestabilizar el sistema, que la campaña electoral discurra por el sereno debate público y la claridad en las propuestas destinadas a paliar los problemas reales de los andaluces, que son muchos. Problemas económicos y sociales crónicos como el desempleo, pero que afectan también a  derechos básicos como la libertad de educación.