No falla. No hay ganadería que se anuncie dos tardes en los últimos San Isidro que no pegue un pinchazo gordo. Que se lo pregunten a Cuvillo o a los mismos hermanos Lozano. Pero ahí siguen, erre que erre, empeñados en estirar un chicle que no da más de sí. A Alcurrucén le resta una segunda tarde, el próximo martes. Veremos si mejora o no lo visto esta tarde.Porque lo que vimos fue una mansada de tomo y lomo. Un muestrario de toros vacíos por dentro, sin una pizca de casta de la buena no de clase en sus embestidas. Seis toros para aburrir al más pintado y a las casi 24.000 almas que se reunieron este viernes en Las Ventas.El menos damnificado visto el resultado de la reseña fue José Garrido en sí tarde de confirmación de alternativa. No dudó en plantase de rodillas Garrido en el centro del platillo tras la ceremonia. Movilidad del toro y bragueta del torero en aguantar el torrente de embestidas del de Alcurrucén. Ya en pie, la faena navegó entre la firmeza del torero y la brusquedad en ocasiones de su muleta. No se dejó nada en el tintero Garrido, que arriesgó en un parón del toro del que salió volteado. Se ovacionó la apuesta del confirmante.El sexto no dejo armar faena al torero. Hubo de nuevo disposición y ganas, pero no había oponente enfrente.Que a El Juli le iban a estar esperando este viernes con la escopeta cargada era más que obvio. El trato que hubo este jueves con Enrique Ponce iba a tornar más agrio con el madrileño. Su primer toro fue un animal brusco con el que Julián intentó romperse con abajo con él. Sin embargo el animal nunca se entregó y la faena discurrió entre la voluntad del torero y la nula entrega del toro. Donde hubo un apagón importante fue con el descabello.Con el manso cuarto volvió a apostar El Juli en una labor sincera pero sin eco ni réditos. El de Alcurrucén acabó muy frenado pese a la insistencia del torero en alargar las embestidas y armar faena. La primera faena de Sebastián Castella duró un mundo, una vida. Trasteo largo que pasó por varias fases, como el toro. Pese a humillar y desplazarse con largura en la primera fase del trasteo, luego tornó en manso en la parte central de la faena para volver a embestir largo y entregado en una serie en las postrimerías de la labor de Castella. La faena del galo tuvo momentos de interés cuando ligó por abajo los viajes del de Alcurrucén. Después no hubo tanto acoplamiento y pese a la llamada a la calma de Castella a los tendidos, el torero nunca terminó de dar el paso al frente que se esperaba.El cuarto pareció poseer un pitón derecho con visos de ser aprovechable. Por ahí se puso Castella, que de nuevo volvió a mostrarse monótono y reiterativo. Es verdad que hubo limpieza a derechas, pero todo fue deshilachadose.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, viernes 20 de mayo de 2016. 15ª de Feria. Casi lleno.

Toros de Alcurrucén, correctos de presentación, sin excesos de trapío. Conjunto manso, descastado y de juego aburrido. Manejable y humillador el tercero.

El Juli, pitos tras aviso y silencio.

Sebastián Castella, palmas tras aviso y

José Garrido, saludos tras aviso y silencio.